Por: Juan Silova S. Aquí, esperando a Gabo. Tocamos a la puerta de un cuartito de hotel de mala muerte, de paredes desvencijadas, la puerta ocre por el óxido, la pintura descascarada. Se demoró en abrir. Decidimos esperar. Abajo, un niño salió de una habitación, sudando. Sólo entonces abrió Gabo […]