María Ángeles Barrera: “Ni el ego y la timidez son indicativos infalibles de la calidad de su escritura”

Un café en Buenos Aires
con María Ángeles Barrera Jofré


“Decidí
crear un espacio en el cual los lectores pudiesen comentar, reseñar y
recomendar lecturas y autores”

Por: Pablo Di Marco* / Argentina.
Pese a que escritores y periodistas suelen tener un vínculo
atravesado por la tensión, es bueno recordar que no son pocos los periodistas
que trabajan mucho y bien. Y que sin ellos el esfuerzo de los escritores caería
en la invisibilidad. Aunque… ¿alcanza la profesión de periodista para explicar
la cantidad de áreas que abarca María
Ángeles Barrera Jofré
? No creo. ¿Alcanza con decir que María es una
apasionada del arte que dedica buena parte de su vida a difundir la obra de
autores valiosos? Creo estar acercándome un poco más. Para explicar el rico
trabajo de María tal vez haya que
llevar adelante este Café en Buenos
Aires
. Y también recurrir a la figura del puente. Porque eso es María, un
puente invaluable que une dos soledades: la del escritor y la del lector.  
—Contame en pocas
palabras de qué se trata tu proyecto Lectores
en tránsito
.
M:
Lectores en tránsito es una comunidad
hispanoamericana de difusión de producciones literarias y culturales que se
desarrolla a través de redes sociales, y reúne a lectores, escritores,
editoriales y libreros de todas partes del mundo. Ya cumplimos tres años en los
que realizamos encuentros literarios, presentaciones, talleres, clases magistrales
y lanzamientos de libros de autores chilenos, colombianos y argentinos en
Santiago de Chile.
—Intuyo que hay un buen
equipo que te acompaña.
M:
Por supuesto. Todo esto es posible gracias a las maravillosas mujeres que me
acompañan a crear y producir las diversas actividades: las queridas Ingrid
Guzmán, Anghy Tirapegui y Laura Rivera.
—Y este año Lectores en tránsito se expandió de
Chile a Colombia, ¿no es así?
M:
Sí. La feliz noticia de este año es que se conformó Lectores en tránsito Colombia, con un equipo de lujo: Jaime Andrés Rivera Murillo, Marta María Peláez Gaviria, Michael David Durán Rodríguez y Oscar Emilio Alfonso Talero.
—¿Recordás el instante
en que te surgió la idea de crear esta comunidad?
M:
¡Claro! Fue el viernes 18 de marzo de 2016.
—¡Qué respuesta
precisa! Contame esa historia.
M:
Iba muy temprano en el Metro de Santiago camino a mi trabajo —una hora de
viaje, 20 estaciones— mientras leía la novela Océano Mar de Alessandro
Baricco
, y a pesar de que a las 07:30 de la mañana es un poco complicado
leer, yo no era la única leyendo. Recuerdo la inquietud que el relato me
provocó y la frustración de no poder comentar la cadencia con la que el autor
italiano narra la sublime voz del mar y cómo afecta distintivamente a cada
personaje. Recuerdo que los días siguientes esa contrariedad siguió dando
vueltas en mi cabeza. Pensé que quizás no solo a mí me ocurría esto: leer y
leer y no encontrar eco con quienes nos rodean. Y finalmente decidí crear un
espacio en el cual los lectores apasionados, quienes leen mientras se trasladan
en transporte público, pudiesen comentar, criticar, reseñar y recomendar
lecturas y autores. Fue una idea muy simple que muy pronto exigió nuevos
desafíos.
—La anécdota es buenísima,
María. Y lo que son las casualidades: la semana pasada una amiga me regaló Océano Mar, así que pronto podrás
comentar ese libro también conmigo.
M:
Confío que será un privilegio comentar contigo la literatura de Baricco. Siguen
las coincidencias italianas.
—También estás al
frente de un programa de radio en el que entrevistás a escritores.
M:
Lecturas Asombrosas es una iniciativa
de Lectores en tránsito. La premisa
del programa es una agradable conversación con un invitado, el cual debe llevar
un libro que sea significativo para él, y leer en vivo un extracto. De esta
forma, sin importar el autor, época o género, el texto se convierte en una
Lectura Asombrosa.  La mayoría de los
invitados han sido autores de diversos géneros que nos comentan su proceso de escritura,
sus autores referentes, su última publicación, pero también el programa recibe
a quienes deseen compartir algún tema referido a su profesión o de interés y
que nos sorprenden con sus lecturas.
—¿Cuándo y dónde se
emite Lecturas asombrosas?
M:
El programa se emite en vivo, todos los jueves desde las 11:00 a 12:00 horas, a
través de todas las plataformas de Radio Universidad SEK. Ya cumplimos un año y
siete meses, con 7 temporadas de 10 programas cada una.

—¿Qué aprendiste tras
entrevistar a tantos escritores?
M:
Lo que más me impresiona es la pulsión que los mueve al escribir, para algunos
es su pasión por algún género en particular o la admiración a un autor
reconocido, para otros la necesidad de contar historias. Los más jóvenes se
sientan una noche y no se levantan de su computador hasta que terminan, los que
tienen más tiempo en el oficio, se lo toman con calma. A los que más admiro son
aquellos escritores que son voraces lectores y se animan a iniciar un proceso
de escritura, otorgando a la revisión y corrección un tiempo esencial. Los
narradores que he conocido también se preocupan por todo el proceso de
diagramación y de publicación de sus historias, aquí en Chile la autogestión
cada vez es más relevante.
—¿Son buena parte de
los escritores tan inseguros y egocéntricos como cuenta el mito?
M:
Mmm… he conocido de ambos. Pero según mi experiencia ni el ego y la timidez son
indicativos infalibles de la calidad de su escritura.
—Nombrame a dos o tres
escritores que tengas muchas ganas de llevar a Lecturas asombrosas.
M:
¡Es difícil decidir!
—Hagamos el esfuerzo.
M:
Mi tríada sería: Alejandro Palomas
(Premio Nadal 2018), escritor catalán que visitó por primera vez Chile en mayo
pasado. Presentó su novela Una madre,
un relato íntimo y fascinante sobre la condición humana. Amablemente firmó mi
ejemplar de Un hijo, que aún no llegó
a Chile. Debido a su agenda copada, no logré entrevistarlo, pero al conocernos,
quedamos que en su segunda visita, nos acompañará en Lecturas Asombrosas. También me gustaría conversar con la poeta
colombiana Mónica Lucía Suárez. Y
siguiendo con la poesía, sería extraordinario entrevistar al escritor
dominicano Frank Báez, debo confesar
que soy fanática de sus creaciones literarias.
—Solés viajar a
ciudades de Latinoamérica para cubrir diferentes actividades culturales. Por
ejemplo, en mayo pasado viajaste a la Feria del Libro de Bogotá. ¿Qué impresión
te llevaste?
M:
Fue mi primera vez en FILBO, aunque Lectores
en tránsito
ya había estado acreditado en la FILBO 2017 a través de nuestro
representante para Centroamérica y el Caribe, Jaime Andrés Rivera Murillo, quien realizó un trabajo periodístico
invaluable. Todo lo que pueda decirte es poco. La presencia de autores de todos
los estilos, los conversatorios, las charlas, los talleres, la abundancia de
novedades literarias y, lo más importante, la gran asistencia de público en
general que a veces no te permitía llegar a tiempo a las actividades. Para
quienes vibramos con estas fiestas literarias, el único sufrimiento es cuando
dos o más actividades se topan en día y horario. Tuve la maravillosa
experiencia de ser muy bien recibida y de conocer a miembros de Lectores en tránsito con los cuáles solo
manteníamos contacto a través de nuestra comunidad virtual, esto fue sin duda
el mejor regalo.
—Santiago de Chile está
en condiciones de organizar una Feria del Libro de características similares, o
incluso mejores, que las de Bogotá y Buenos Aires, sin embargo eso no ocurre.
¿Por qué?
M:
Es lamentable lo que pasa con FILSA. A principios de junio y a través de la
prensa nacional, nos enteramos que probablemente este año no se realice la
Feria Internacional del Libro de Santiago.
—Increíble lo que me
decís. Contame las razones de semejante despropósito.
M:
Lo que sucedió es que el modelo “mercantil” y obsoleto en el que insistía el
principal organizador, La Cámara Chilena del Libro, terminó por distanciar a
quienes conformaban su gremio. Por lo tanto, hoy existen en Chile cuatro
asociaciones que realizan sus ferias independientes, gratuitas y con los temas
y autores que son relevantes en estos tiempos. Confío que los involucrados
logren ponerse de acuerdo y que podamos contar con un evento internacional
acorde con lo que está sucediendo en el ámbito literario, con accesibilidad
gratuita, con autores nacionales y extranjeros destacados, y que se posicione
en la ruta literaria y cultural junto a las grandes Ferias del Libro de nuestro
continente, como lo son las de Guadalajara, Bogotá y Buenos Aires.
—Por suerte, como bien
antes señalaste, hay otras ferias que son un éxito, como por ejemplo la Furia
del Libro. Tuve oportunidad de asistir junto a las editoras de Odelia Editora a
su última edición y puedo dar fe de eso. Es como si el hermano mayor debiera
aprender del comportamiento del hermano menor, ¿no es así?
M:
Tienes algo de razón. La Furia del Libro ya tiene una trayectoria de diez años,
y reúne a las editoriales independientes, las que estuvieron al margen del gran
evento que fue FILSA. Congrega a editoriales autónomas con novedades literarias
chilenas y extranjeras, durante cuatro días cada diciembre. Va creciendo en
cada versión, con más actividades y presentaciones de autores. Es un ambiente
festivo y gratuito. Y sobre los aprendizajes, según mi experiencia, el
entusiasmo genera más acciones que el dinero. Mientras La Furia del Libro
mantenga su esencia, seguirá creciendo y proyectando su sello.
—Volvamos a tus
actividades. También solés viajar para asistir a presentaciones de libros. Te
recuerdo el año pasado en Buenos Aires, cubriendo la presentación del libro más
reciente de Andrés Mauricio Muñoz.
M:
Uno de los objetivos de Lectores en
tránsito
es acompañar a los autores que son parte de nuestra comunidad y
difundir sus publicaciones y logros. Para mí, fue un honor asistir en Buenos
Aires a la presentación del libro de cuentos Hay días en que estamos idos de Andrés Mauricio Muñoz, uno de los finalistas del Premio
Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez.
—Y justamente fue
Edgardo Cozarinsky, el ganador de ese premio, 
quien acompañó a Andrés en la presentación de su libro.
M:
Así fue. Y la presentación estuvo a la altura de estos dos grandes narradores
latinoamericanos. Son momentos literarios en que no solo conoces los procesos e
inspiraciones de cada escritor, sino que además puedes compartir tus
apreciaciones y tener conversaciones que luego se convierten en recuerdos
invaluables. Y seguimos trabajando para estar presentes en más actividades y
vincular a más lectores con los escritores que están marcando la pauta
literaria actual y que son parte de nuestra comunidad.
—Hablemos de tus planes
para el corto plazo. ¿Es cierto que estás planeando crear una Agencia
literaria?
M:
Me impresionas con tu pregunta. La verdad es que ha sido un proceso paulatino.
Convertirse en agente literaria requiere, además del entusiasmo y respeto por
la literatura, otras habilidades que sigo adquiriendo. No es algo que me haya
propuesto, sino el resultado de estar vinculada a los procesos escriturales, de
registro, de consultas y acompañamiento, además de relacionar a escritores y
escritoras con editoriales. Mi deseo es crear una Agencia literaria como un
lugar de encuentro, formarla con integridad y respeto por los autores. Admiro
las enseñanzas de las emblemáticas agentes, Carmen Ballcells y Pat Kavanagh.
—¿Sos consciente del
adorable lío en el que te estás metiendo? Nada sencillo ser el nexo entre dos
de las especies más… llamémoslas “particulares”, que existen en nuestro
planeta: escritores y editores.
M:
(Risas) Puede que lo piense mejor, ahora que lo mencionas.
—¡Seguí adelante! ¡No
quiero que te arrepientas!
M:
¡No lo haré, Pablo! En realidad, para mí es un desafío, ya que es la pasión por
la literatura la que me mueve. Sé que el entusiasmo es lo que genera las
primeras acciones, y es en la etapa en la que estoy, es decir, conociendo y
aprendiendo. Cada país tiene su propia forma de enfrentar el trabajo literario,
el reto es fascinante por todo lo que implica y por supuesto que estoy
agradecida por los autores que ya han confiado en mí.
Vamos
con la última, María: te regalo la posibilidad de invitar a tomar un café a
cualquier artista de cualquier época. ¿Quién sería?
M: Déjame pensar… Mi
invitada sería George Sand, una
adelantada a su época que vivió intensamente sus amores y su escritura. Apoyó a
jóvenes escritores y con su prolífica pluma redactó, entre otras, la primera
novela francesa donde el personaje principal es un obrero. Mi novela favorita
pertenece al grupo de historias campesinas La
pequeña Fadette
.
—¿Y a qué bar la
llevarías?
M: Al emblemático
restaurante Venezia del Barrio Bellavista en Santiago. Y pediría un Borgoña,
que es un vino chileno tinto con frutillas.
—¡Conozco ese restaurant!
Es una belleza. Allí Neruda tenía una mesa siempre reservada, ¿no es así?
M:
Exacto, Neruda vivía a metros de
allí. Entonces, si has ido, bien sabes que Venezia es
un clásico de la comida chilena,
nada gourmet, pero con historia cultural.
—Pero hay un problema: cuando
fui no probé ese vino Borgoña.
M:
Volverás y compartiremos ese vino, Pablo.
—Tomo nota. Y seremos
tres, porque también nos acompañará George Sand. ¡Qué buena mesa conformaremos!
Y decime, entre vaso y vaso de Borgoña, ¿qué pregunta le harías a George?
M: Le preguntaría por su
proceso escritural y si realmente la pequeña Fadette existió, porque muy en mi
interior confío que así fue.


PABLO HERNÁN DI MARCO
Argentina. Corrector de estilo de cuentos y novelas. Autor de los libros libros Las horas derramadasTríptico del desamparo, Espiral Un café en buenos aires. conversaciones con escritores, lectores y libreros.




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