Fugacidad
Por: Camila Melo* / Bogotá.
A veces la desidia se disfraza de silencio.
Luego las palabras llegan como un disparo, como un
trago que quiere envenenarte, y no lo logra.
Por un instante deja un sin sabor en el que confías expirar, pero no.
Sólo es un halo de memorias y de nostalgias. Todas se enmarañan para formar una
masa que te agobia. Te engaña.
trago que quiere envenenarte, y no lo logra.
Por un instante deja un sin sabor en el que confías expirar, pero no.
Sólo es un halo de memorias y de nostalgias. Todas se enmarañan para formar una
masa que te agobia. Te engaña.
Vas al recuerdo, lo habitas, entras en él. Vuelves a
besar esos labios, sientes su calidez en los tuyos. Escuchas esa canción que
pareciera durar 1500 minutos. Sujetas esa palma de la mano si fuera tu patria.
Abres los ojos y te das cuenta de que el tiempo ha sido demasiado breve y que
debes regresar al aquí y al ahora.
besar esos labios, sientes su calidez en los tuyos. Escuchas esa canción que
pareciera durar 1500 minutos. Sujetas esa palma de la mano si fuera tu patria.
Abres los ojos y te das cuenta de que el tiempo ha sido demasiado breve y que
debes regresar al aquí y al ahora.
*Camila Melo. Poeta y periodista colombiana. Síguela en @unatalmeloparra