La cuenta atrás: una propuesta fascinante para salvar el planeta

Por: John Cáceres / Bogotá. El reconocido periodista norteamericano Alan Weisman, autor del libro La cuenta atrás (Debate, 2015) estará en Bogotá a partir del próximo lunes 14 de septiembre con motivo de su participación en el Encuentro de las Américas Frente al Cambio Climático que se realizará en Bogotá del 20 al 23 de septiembre de 2015. En su libro, audaz, inteligente y provocador, Weisman nos explica cuáles son los efectos de nuestro desmesurado crecimiento demográfico y plantea la alternativa más rápida y razonable para restaurar el equilibrio.
“No me gustaría que se produjera una tría selectiva entre quienes hoy viven. Deseo una vida larga y saludable a todos los seres humanos que en este momento pueblan el planeta. Pero, o tomamos el control nosotros mismos y reducimos humanitariamente nuestro número reclutando a menos nuevos miembros de la especie humana para ocupar nuestro sitio, o la naturaleza va a repartir infinidad de cartas de despido”.
Esta es una de las reflexiones expuestas por el reconocido periodista Alan Weisman, en su nuevo libro La cuenta atrás (sello editorial Debate). El autor norteamericano se propone en esta nueva obra afrontar la crisis demográfica del planeta.
Para ello, ha conversado con expertos y líderes para establecer cuál sería la población ideal y cómo se podría alcanzar. Las conclusiones son revolucionarias, y el proceso para llegar a ellas tan fascinante como lo fue El mundo sin nosotros (sello editorial Debate, 2007).
Hay una bomba a punto de estallar que destruirá el planeta y acabará con todos nuestros recursos.
No es dinamita, ni TNT, ni energía nuclear, es mucho peor. Es una bomba demográfica. El crecimiento de la población mundial se ha disparado hasta límites insostenibles: A lo largo del siglo XX la población se ha más que cuadruplicado, y aunque se ha producido un descenso en la tasa de crecimiento de la población, ésta sigue aumentando en unos 80 millones cada año, por lo que puede duplicarse de nuevo en pocas décadas.
La Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (1988) ha señalado las consecuencias:
“En muchas partes del mundo, la población crece según tasas que los recursos ambientales disponibles no pueden sostener, tasas que están sobrepasando todas las expectativas razonables de mejora en materia de vivienda, atención médica, seguridad alimentaria o suministro de energía”.
Alrededor de un 40% de la producción fotosintética primaria de los ecosistemas terrestres es usado por la especie humana cada año para, fundamentalmente, comer, obtener madera y leña,
etc. Es decir, la especie humana está próxima a consumir tanto como el conjunto de las otras especies. Como explicaron los expertos en sostenibilidad, en el marco del llamado Foro de Río + 5, la actual población precisaría de los recursos de tres tierras para alcanzar un nivel de vida semejante al de los países desarrollados.
Puede decirse, pues, que hemos superado ya la capacidad de carga del planeta, es decir, la máxima cantidad de seres humanos que el planeta puede mantener de forma permanente. De hecho se ha estimado en 1,7 hectáreas la biocapacidad del planeta por cada habitante (es decir el terreno productivo disponible para satisfacer las necesidades de cada uno de los más de 6.000 millones de habitantes del planeta) mientras que en la actualidad la huella ecológica media por habitante es de 2,8 hectáreas.

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