Curiosidades bibliográficas

  • No se ha comprobado que el legendario editor barcelonés Carlos Barral haya rechazado Cien años de soledad. Que circulara este rumor fue su mayor vergüenza. Lo que sí se sabe es que el manuscrito llegó a su oficina una calurosa tarde de Julio de 1966, en la que el inocente editor (por supuesto) estaba de vacaciones. Un mes más tarde García Márquez, impaciente, firmaría un contrato con Editorial Sudamericana de Buenos Aires.

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