Espárrago para dos leones. Esta novela de
Alfredo Iriarte (Planeta) pertenece al linaje privilegiado de los libros que el
lector abre y no quiere cerrar hasta que cae el telón de la última página. En
la presente obra, tal efecto se alcanza gracias a la diestra combinación del
humor negro, la excelente factura verbal, el admirable manejo del suspenso y la
sorpresa, y el nítido y vigoroso perfil de los protagonistas y los escenarios
en que actúan.
Alfredo Iriarte (Planeta) pertenece al linaje privilegiado de los libros que el
lector abre y no quiere cerrar hasta que cae el telón de la última página. En
la presente obra, tal efecto se alcanza gracias a la diestra combinación del
humor negro, la excelente factura verbal, el admirable manejo del suspenso y la
sorpresa, y el nítido y vigoroso perfil de los protagonistas y los escenarios
en que actúan.
El humor negro es uno de los rasgos más
característicos de toda la obra de Alfredo Iriarte, que en esta novela alcanza
dimensiones descomunales y altos niveles de equilibrio y maestría. Es así como
en Espárragos para dos leones advertimos las sombras tutelares de
Rabelais, de Quevedo, de Swift y de Valle-Inclán, por supuesto debidamente
asimiladas y recreadas por el novelista.
característicos de toda la obra de Alfredo Iriarte, que en esta novela alcanza
dimensiones descomunales y altos niveles de equilibrio y maestría. Es así como
en Espárragos para dos leones advertimos las sombras tutelares de
Rabelais, de Quevedo, de Swift y de Valle-Inclán, por supuesto debidamente
asimiladas y recreadas por el novelista.
El jineta de Bucentauro. Y es, por otra
parte, una demostración más de que la literatura inspirada en el tema del poder
absoluto es definitivamente inagotable. La codicia desenfrenada y el ejercicio
despótico y sanguinario del poder sin límites han sido desde hace dos milenios
la materia prima de no pocas obras maestras de la literatura.
parte, una demostración más de que la literatura inspirada en el tema del poder
absoluto es definitivamente inagotable. La codicia desenfrenada y el ejercicio
despótico y sanguinario del poder sin límites han sido desde hace dos milenios
la materia prima de no pocas obras maestras de la literatura.
Fue acaso Suetonio el primero en enseñar las
dos caras del poder autocrático. Y esta doble faz—trágica y espantable por un
lado, cómica y grotesca por el otro— adquirió rasgos de desmesura en los
tiranos tropicales de nuestra América, que desde Valle Inclán hasta nuestros
días han venido suministrando materiales de una riqueza deslumbrante
reconocidos novelistas y cuentistas de lengua castellana.
dos caras del poder autocrático. Y esta doble faz—trágica y espantable por un
lado, cómica y grotesca por el otro— adquirió rasgos de desmesura en los
tiranos tropicales de nuestra América, que desde Valle Inclán hasta nuestros
días han venido suministrando materiales de una riqueza deslumbrante
reconocidos novelistas y cuentistas de lengua castellana.
La predilección que siempre ha demostrado
Iriarte por el tema del poder totalitario, lo condujo a internarse en esta mina
para extraer de ella los elementos esenciales de su novela, en la que las dos
ya mencionadas caras antagónicas se entremezclan y suceden en una especie de
danza diabólica.
Iriarte por el tema del poder totalitario, lo condujo a internarse en esta mina
para extraer de ella los elementos esenciales de su novela, en la que las dos
ya mencionadas caras antagónicas se entremezclan y suceden en una especie de
danza diabólica.
El hidalgo de bragueta y…Esta obra reúne seis
maravillosos relatos que nos llevan a una Bogotá de principios del siglo XX.
Con humor negro y picante nos adentramos en el mundo de unos personajes que
viven en una sociedad mojigata y que deben buscar en los excesos o en el
absurdo un camino para vivir el día a día. Estas historias, narradas en una
prosa exacta y rica, nos desnudan implacablemente y nos obligan a exploraciones
temerarias en los campos del erotismo y de la muerte.
maravillosos relatos que nos llevan a una Bogotá de principios del siglo XX.
Con humor negro y picante nos adentramos en el mundo de unos personajes que
viven en una sociedad mojigata y que deben buscar en los excesos o en el
absurdo un camino para vivir el día a día. Estas historias, narradas en una
prosa exacta y rica, nos desnudan implacablemente y nos obligan a exploraciones
temerarias en los campos del erotismo y de la muerte.