Propiedad horizontal
Sandra Uribe (Colombia)
Él administra los males de mi corazón,
los dosifica
en módicas cuotas semanales
a intereses muy bajos.
Su salario es un beso cada tercer día
y un abrazo al desayuno.
A cambio,
él lleva un libro de contabilidad
completamente actualizado con mi estado civil
y mis promesas rotas
y elabora con agilidad las cuentas de cobro a mi tristeza
para hacer la retención en la fuente de mis lágrimas.
De vez en cuando aparecen saldos en rojo de alegría
y es porque hice sobregiros en el banco de algún parque
mientras me entretenía atrapando la voz de los pájaros
en el caracol de los sonidos.
Siempre hay inconvenientes cuando decidimos pasar
los libros y las actas al revisor fiscal,
nunca se sabe por qué faltan besos
en el inventario del olvido.