Soledad e inmortalidad: entrevista con Victoria Schwab, autora de La vida invisible de Addie LaRue

V. E. Schwab. Foto de Jenna Maurice

V. E. Schwab (1987), considerada una de las principales autoras de fantasía y ciencia ficción de la actualidad, escribe tanto para público juvenil como adulto. Ha sido premiada con el Goodreads Choice Awards Best Science Fiction. Con trece novelas publicadas, The Independent la califica como la “sucesora natural de Diana Wynne Jones” y ensalza su “envidiable, casi Gaimanesque habilidad, para cambiar entre estilos, géneros y tonos”.


Por: Cindy Roa*


En medio del complejo contexto que el público joven enfrenta actualmente, la lectura se ha convertido en un escape y un espacio seguro para hacer frente a las noticias y cifras escalofriantes que saturan las redes sociales y los medios masivos. Los blogs, perfiles de Bookstagram, Booktok y Booktube (ver recuadro) han volcado su atención en una novela en particular: La vida invisible de Addie LaRue (Umbriel, 2020), una joven mujer con la capacidad de vivir para siempre, pero que a cambio pagó un precio en extremo alto y ahora deambula por las calles de Nueva York mientras busca dejar huellas tangibles de su existencia, pese a que nadie puede recordarla.

En entrevista con la estadounidense Victoria Schwab, la autora habló de los miedos, soledades y recuerdos que han marcado su camino de escritura, así como de los desafíos que trajo la pandemia para su público lector y sus planes a futuro.


V. E. Schwab. Foto de Jenna Maurice
V. E. Schwab. Foto de Jenna Maurice

— Usted se refiere al proceso de escritura como algo inmortal. ¿Cómo llegó a la literatura y cómo fue ese salto de escribir para niños a escribir para un público mucho más adulto que ahora disfruta de leer La vida invisible de Addie LaRue?

He estado escribiendo por gran parte de mi vida. Empecé con algunos poemas e historias cortas, también hice algunos guiones de teatro, y solo hasta cumplir diecinueve intenté escribir mi primera novela, sobre todo porque estaba convencida de que no podría hacerlo, y quería demostrarme lo equivocada que estaba, así que escribí mi primer libro y fue terrible, pero lo había terminado y así descubrí que podía hacerlo y crear algo con un inicio, un nudo y un final. Hay algo de adictivo en esa sensación y es así como, veinte novelas después, sigo escribiendo y pasando por dificultades como autora. Todavía temo no poder hacerlo o que lo que escriba no sea lo suficientemente bueno permanentemente estoy atrapada en dudas sobre mí, pero ahora sé que soy física y mentalmente capaz de crear obras literarias y es un sentimiento maravilloso. En cuanto a mi público lector, no fue una decisión lineal de primero escribir para niños, luego para jóvenes adultos y finalmente para adultos. Mis primeras tres novelas fueron para jóvenes adultos; nunca pensé en esos límites de edad, solo intento escribir la mejor historia posible.


La vida invisible de Addie Larue, de V. E. Schwab
La vida invisible de Addie Larue, de V. E. Schwab

— En La vida invisible de Addie LaRue el tiempo es un tópico clave para la historia. Si pudiera viajar y experimentar de primera mano un momento histórico o revivir un capítulo de su historia personal, ¿cuál elegiría y por qué?

Eso es algo muy difícil, sobre todo porque al mirar mi historia personal estoy agradecida por cada experiencia que he tenido y nunca he sentido que quiera quedarme en un único momento; siempre quiero seguir adelante. Hay algunos momentos, al igual que en la historia de Addie, en los que pienso “quisiera poder congelar este instante”, pero nunca un día o un año o una era completa de mi vida, pues lo cierto es que a veces, cuando estoy teniendo un momento maravilloso, se me dificulta disfrutarlo porque sé que va a terminar; siempre soy muy consciente de lo breve que será ese momento, y esa fue una de las razones para escribir este libro: porque mi mente estaba fija en cuán breve es la vida, y en lo rápido que el futuro se convierte en pasado. De allí que no crea que elegiría un momento del pasado, pues siempre creo que lo mejor está por venir.

— Hay un gran componente de historia del arte en su novela, y a través de sus páginas veremos distintas pinturas y esculturas que se convierten en un testamento de la vida de la protagonista. Si pudiera elegir un artista que representara su vida mediante una obra de arte, ¿quién sería?

Siempre amé el arte abstracto porque permanentemente está abierto a interpretaciones, lo cual es irónico si consideramos a lo que me dedico, ya que escribo palabras y busco inmortalizarlas en un texto, lo cual no da cabida a muchas interpretaciones. En este caso creo que tendría dos opciones: podría elegir una biografía, algo escrito por alguien más, pues la escritura es lo que me hace especial, pero también creo que capturar la esencia de la vida de otra persona es muy difícil de lograr, así que preferiría algo abstracto, tal vez algo de Rodin, una escultura metálica.

— En su libro conoceremos el peso y la importancia de las palabras, particularmente de los nombres a la hora de definir a una persona y recordarle quién es en realidad. ¿Cuál considera que es una palabra en extremo poderosa y por qué?

Creo que todas las palabras son poderosas, y si la escritura es un arte, las palabras son tu medio. El lenguaje tiene cierta potencia, y las palabras más pequeñas y sencillas también pueden ser las más fuertes y filosas cuando las usas bien. Al venir de escribir poesía soy demasiado consciente del ritmo del lenguaje, y siento que le damos demasiada atención a las palabras y no tanto al modo en que las estructuramos, cuando lo cierto es que gracias a la estructura, a las comas y los puntos podemos cambiar por completo el ritmo, la musicalidad y la intención de lo que queremos decir. Por esta razón creo que la puntuación es la parte más poderosa de una historia.


Gallant, de V. E. Schwab
Gallant, de V. E. Schwab

— En la introducción que escribió para la edición en español de La vida… nos cuenta que la primera vez que “conoció” a Addie fue mientras daba una caminata por Ambleside. ¿Puede contarnos un poco más sobre esta experiencia?

Es interesante porque al mirar atrás puedo identificar con claridad la manera en que ciertos episodios de la historia llegaron a mí y el modo en que se fueron conectando, y tal vez en su momento no hubiera una Addie sino una infinidad de historias. Por aquel entonces atravesaba por ese momento en el que tienes la edad de un adulto joven pero no te sientes del todo como uno, no tienes del todo claro el rumbo de tu vida, y me hallé en los suburbios de Liverpool, en un tiempo en el que no era muy feliz. Mi anfitriona de aquel entonces solía llevarme en su carro y me dejaba en toda clase de lugares para explorar cada día. Fue así que por primera vez tuve el tiempo para perderme y encontrar mi camino de regreso, y creo que ese tiempo fue un regalo para mí. En una ocasión estaba subiendo una colina de Ambleside, desde la que se podía ver la inmensidad de la tierra de abajo, así como la infinidad del cielo, pero no veía ninguna persona alrededor, estaba totalmente sola, cansada, y recuerdo sentarme y pensar: “Así es como debe sentirse la inmortalidad”, porque estaba tan agotada y fatigada, pero también asombrada y maravillada pues el cielo estaba lleno de colores increíbles, y el cielo y las estrellas es algo que siempre he amado observar. Durante un tiempo había estado contemplando la posibilidad de contar una historia inmortal, una negociación al estilo de Fausto, pero no había encontrado el personaje que diera cuerpo a toda la trama, y estando allí, en la cima de esa montaña, supe que esa sensación de fatiga y de asombro serían los rasgos sobre los que se fundaría mi personaje, Addie LaRue.

— Addie es un personaje que experimenta el cansancio de quien ha vivido demasiado, desde guerras hasta la pérdida de su familia, y en cierta manera se quedó congelada en los primeros años de su adultez, no es la típica protagonista adolescente de dieciséis o diecisiete años, sino una adulta con infinidad de tiempo a su disposición. En el caso de sus lectores, como consecuencia de esta pandemia es posible que muchos de ellos sientan que les pasó lo opuesto a Addie, y que sus mejores años o sueños se congelaron o perdieron por lo que pasa a su alrededor. ¿Cuál sería su consejo para ellos?

Es extraño, pero creo que este es un muy buen momento para una historia como la de Addie, pues se trata de aprender a vivir en un presente incierto, y aunque no creo que los sueños de mi lectores se hayan perdido, sí creo que las vidas de todos fueron puestas en espera, y cuando esto sucede es muy fácil sentirse desolado o deprimido y creer que estamos pasando por una pérdida en lugar de un atraso. Quisiera creer que algunos aspectos de nuestra vida no se han ido, solo se retrasaron, y justo ahora es posible que sintamos que no tenemos grandes alegrías en nuestra vida, de esos momentos que cambian nuestras historias para siempre. Por eso debemos buscar momentos de pequeñas alegrías que nos ayuden a sentir vivos, ya sea mediante la lectura de una buena historia, la práctica de un pasatiempo, una caminata o algo que nos ayude a salir de nuestro aislamiento, ya sea físico o mental. Busca pequeñas alegrías, ese sería mi consejo.

— La memoria es otro de los temas transversales de la novela. ¿Cómo le gustaría ser recordada?

Quisiera ser recordada como alguien que trató de hacer del mundo un lugar más extraño, un poco más salvaje (risas). Soy una persona que cree en la magia y en la cercanía de la magia. Hay autores que crean mundos mágicos que son lejanos y a los que solo podemos acceder mediante las páginas de un libro, pero a mí me gusta escribir y crear mundos donde lo mágico y lo sobrenatural existen al mismo nivel de la realidad. No solo se trata de alcanzar la magia o la fantasía mediante las páginas de un libro, sino en creer que la magia está alrededor de ti y que para hallarla solo debes buscar la puerta o la palabra correcta. Esa posibilidad de ver magia en todo lo que te rodea es algo muy poderoso.

— A propósito de las marcas que las distintas personas dejan en la vida de Addie y la ayudan a recordar quién es a lo largo del libro, ¿cuál es la marca más importante que alguien ha dejado en su vida?

Creo que mis padres, porque soy hija única, así que siempre he tenido una relación muy cercana con ambos. Yo no iba a ser una escritora; cuando fui a la universidad empecé estudios de astrofísica, se supone que lo mío iban a ser las matemáticas y las ciencias, pero desde siempre amé contar historias y mis padres nunca atacaron mis sueños, por el contrario, siempre les dieron su espacio. Fueron realistas, me dijeron: “Si esto es algo que puedes hacer que funcione, sabemos que encontrarás la manera de lograrlo”. Respetaron mi espacio, mi independencia, y siempre creyeron que era capaz de ser una escritora. Cuando yo dudé de mí, mi familia nunca lo hizo, y creo que es un privilegio muy escaso, el que tu familia crea en ti incluso cuando tú no estás en condiciones de hacerlo.


Los túneles de huesos, de V. E. Schwab
Los túneles de huesos, de V. E. Schwab

— Si pudiera tomar el té con alguno de los personajes de sus libros, ¿con quién sería?

Es gracioso porque muchas veces me preguntan a quién elegiría para ser mi amigo, y mi respuesta es que a ninguno, porque muchos de mis personajes son terribles personas (risas), pero dependiendo del día creo que me encantaría tomar el té con Addie, y aunque en el futuro no recordaría haberlo hecho, habría sido un placer. También elegiría a los personajes de Una magia más oscura y Concilio de sombras porque sí que saben divertirse.

¿Cuál cree que sea el futuro de la interacción entre autores y sus lectores dadas las nuevas dinámicas producto del distanciamiento social y la pandemia?

Extraño mucho pasar tiempo en persona con mis lectores, eso nunca lo voy a cambiar por nada, y a medida que el mundo vuelve poco a poco su normalidad espero poder volver a ese tipo de eventos. Algo que he amado de la virtualidad es que en cierta medida equilibra las condiciones de juego en términos de geografía y accesibilidad, pues el poder asistir a un evento o viajar a la firma de un autor son privilegios que no muchos pueden permitirse, y gracias al internet he podido tener eventos con personas de todo el mundo, sin sacrificar su participación por ser de determinado país o ciudad. Pienso que es genial que todos puedan conectarse y asistir de manera virtual, pero también extraño la electricidad y la energía de un auditorio lleno de lectores, así que espero que podamos volver a ello y lograr un equilibrio en el que también podamos seguir teniendo acceso a más lectores mediante la virtualidad.

Muchos espacios, una misma pasión

Las formas de leer y compartir las opiniones sobre un libro se siguen diversificando cada día: retos de adivinar personajes, hacer tours por las estanterías, e incluso preparar recetas culinarias basadas en libros son algunas de las actividades que llenan las redes sociales, así que preparamos este pequeño glosario para que conozca un poco más de estas comunidades de jóvenes lectores.

Booktube: se refiere a la comunidad de creadores de contenido literario en canales de Youtube. Ensayos, debates y retos son muy frecuentes en estos videos.

Bookstagram: la comunidad de lectores que reseñan sus lecturas en Instagram. Por lo general estas reseñas se acompañan de fotos muy elaboradas y estéticamente llamativas.

Booktok: aquellas personas que enfocan sus perfiles de TikTok a crear videos cortos con contenidos literarios.

Booktag: actividad transversal a todas las redes sociales, un tag es una serie de preguntas o retos que por lo general indaga por los libros favoritos de un lector o por curiosidades sobre sus lecturas.


*CINDY ROA.

Especialista en literatura infantil y juvenil

Blog: Si no le gusta no lea

Twitter: @JustReadAndLove

Instagram: @sinolegustanolea