Bogotá. Uno de los cronistas colombianos más reconocidos en el mundo, autor de los perfiles más completos que se han hecho sobre Kid Pambelé y Diomedes Díaz.
Hay que tener la precisión de un cirujano y realizar una investigación incansable para escribir el mejor perfil que se haya hecho de Diomedes Díaz, teniendo en cuenta que el líder del vallenato no quiso conceder entrevistas. El resultado, La eterna parranda –de Alberto Salcedo Ramos-, se convirtió en un ‘mito’ del periodismo colombiano, como lo fue para Estados Unidos Frank Sinatra está resfriado, en la que Gay Talese tampoco pudo hablar con el protagonista de su crónica.
El escritor barranquillero se convirtió en una de las plumas predilectas de revistas como SoHo y El Malpensante (Colombia), Gatopardo (México), Etiqueta Negra (Perú), Ecos (Alemania), Courrier International (Francia), entre otras. Ha sido ganador cinco veces del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y ha recibido otras distinciones como el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio Ortega y Gasset de Periodismo, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
La eterna parranda: Crónicas 1997-2011 (Aguilar, 2011), El Oro y la oscuridad. La vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé (2005, Debate y 2012, Aguilar) son algunos de sus libros. Salcedo Ramos es actualmente maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y dicta talleres de crónica por todo el mundo.
-Además de estar en la Feria ¿cuál es el plan que no se va a perder en Bogotá?
La posibilidad de ver cómo se pondrá Bogotá ahora que se convertirá en una sede alterna de Macondo.
-Macondo es el ‘país’ invitado este año a la FILBO, para usted ¿qué es Macondo?
Un día fui a la Zona Bananera del Magdalena a buscar a Macondo. Encontré a ciertos personajes del universo garciamarquiano, encontré la desmesura y la inventiva, encontré ese mundo descrito en Cien años de soledad como tan reciente que para nombrar las cosas hay que señalarlas con el dedo, encontré todo eso. Pero al final descubrí que todo lo que veía era puro paisaje: Macondo no está ahí afuera, Macondo está adentro de mí desde hace rato, desde el momento en que caí en el poder hipnótico de Gabo.
-La franja central de la feria este año es “Leer las mujeres”. ¿Qué mujer escritora recomienda leer?
Leila Guerriero, por su prosa exquisita, perspicaz, única.
-Dicen que escribir es mentir un poco. ¿En qué ocasiones miente por fuera de la literatura?
Decir la verdad es muy rico y hace que uno duerma tranquilo.
-¿Qué hace que un tema sea de su especial interés para escribir una crónica sobre él?
Stephen Vizinczey, el escritor húngaro, dice que todo aquello en lo que no pueda dejar de pensar es su tema. A mí me encanta esa idea. También tengo a la mano aquella frase de Hemingway: “escribe sobre lo que conoces”.
-¿Qué libros tiene en este momento en su mesa de noche?
Estoy leyendo Palabrología, un libro estupendo de Virgilio Ortega sobre el origen de las palabras.
-Se sabe que la crónica sobre Diomedes Díaz es la que más tiempo le ha costado. ¿Por qué? ¿Qué aprendizajes le quedan?
Demoré mucho porque no quería resignarme a la idea de que Diomedes no me concediera una entrevista, pero en el fondo sabía que él no hablaría conmigo.
-¿Cuál es el principal consejo que les da a sus estudiantes de crónica?
Que olviden la idea de convertirse en ‘cronistas’. Que se preocupen, más bien, por aprender el ABC de los buenos reporteros, y que sean capaces de untarse de calle cada día.