Anatomía sensible, un libro difícil de insertar en una categoría


Por: Pablo Concha*

 Anatomía sensible del
escritor argentino Andrés Neuman (Páginas de Espuma, 2019) es una obra
que descubre aspectos del cuerpo en los que quizá muchos lectores no se habían
detenido a reflexionar, una examinación morfológica exhaustiva, a la vez que
social, política, poética y literaria.

Este
análisis tan comprehensivo del cuerpo no es nada engorroso o difícil de leer,
ni se trata de un libro pensado para un público exclusivo y erudito; todo lo
contrario, es ameno y sus definiciones son algo con lo que la mayoría se
sentirá identificada y, probablemente, aprobará.

Anatomía sensible no
es fácil de insertar en categorías; no es un libro de cuentos ni una novela y
tampoco se podría decir que es exactamente una serie de ensayos. Tampoco es
poesía –aunque deleita con una prosa propensa a arrebatos líricos y poéticos
aderezados con mucho ingenio– y menos un texto de no ficción. Anatomía sensible vendría siendo un
híbrido extraño, algo muy raro en el mercado literario actual, una anomalía que
toma elementos de varios campos y los fusiona de una manera pocas veces leída,
creando algo de verdad original y divertido de leer. Se trata de piezas inclasificables que posiblemente podríamos encajar
en la categoría de aforismos, y que utilizan una curiosa mezcla entre un tono
enciclopédico, científico a la vez que poético, evocador de sensaciones con un
toque paródico, ingenioso, que pinta una sonrisa en el rostro del lector a
medida que avanza por este tratado sobre el cuerpo y las partes de la anatomía.
Capítulos/secciones/apéndices cortos, algunos de una sola página, que invitan a
la relectura y al subrayado.

Gracias
a estos atributos,
Anatomía sensible posee
la esencia fragmentaria de los libros de cuentos, pues podría leerse cualquiera
de sus apartados al azar y sin respetar el orden impuesto en el índice, y su
sentido no se perdería. El tono –irónico, juguetón– es constante en todas las
piezas y análisis efectuados.


Lo impecable de su prosa y la brevedad solo denotan el esfuerzo y los recursos literarios empleados por su autor, utilizados para que todo encaje perfectamente y con una sincronía precisa: nada falta ni sobra.

Leamos
algunos apartes de esta obra. Al referirse a la cabeza: “Para bien o para mal,
aquí empieza y concluye la persona”. El cabello: “A semejanza de la salud o el
dinero, solo comprenden su valor quienes disponen de muy poco”. La barriga: “Ninguna
aduana evita sus voraces contrabandos”. Las piernas: “A diferencia de otros
miembros menos cooperativos, la pierna nunca ignora los pasos de su pareja”.
Los pies: “En cada bípedo se sostiene una quimera; los pies aciertan a
compensarla con dos toques de empirismo”. El cuello: “Periscopio del yo, emerge
y espía. Nuestras conclusiones no son culpa suya”. Otro más: “El cuello duele
como el orgullo o la patria”. Y “un amor podrá empezar por la boca o terminar
en la ingle, pero todos pasan por el cuello”. El pecho femenino: “Se abruma por
exceso o escasez, incapaz de no tenerse en cuenta”. La axila: “Su vocación de
escondrijo contribuye muy poco a divulgarla”. El ano: “Sabiamente a salvo de
nuestra vista, solo en confianza se abre a lo desconocido, igual que una
escotilla en altamar”. La oreja: “Por forma y contenido, la oreja pide música”.
La nariz: “Es el primer centímetro de nuestro futuro”. La sien: “Es el pozo
donde abreva el pensamiento”. El alma: “No se puede abarcar por razones
invisibles”. Y “El alma no es femenina ni masculina, o es ambas cosas, o una
tercera, cuarta y enésima”.

Anatomía sensible es
un libro de menos de 120 páginas, pero que su brevedad no engañe a nadie; no
por lo reducido significa que haya sido fácil de concebir o escribir. Según el
escritor argentino, autor también de obras como Bariloche (1999), El viajero
del siglo
(2009), Hablar solos
(2013) y Fractura (2018), Anatomía sensible fue un proyecto que
tomó más de ocho años en completarse y su forma final es producto de un arduo
trabajo y una fina artesanía. Lo impecable de su prosa y la brevedad solo
denotan el esfuerzo y los recursos literarios empleados por su autor, utilizados
para que todo encaje perfectamente y con una sincronía precisa: nada falta ni sobra.

*** 

Anatomía sensible es distribuida en Colombia por Plaza & Janes Editores.

 

*Pablo Concha es escritor colombiano,
autor de los libros de cuentos Otra Luz y La piel de las pesadillas y colaborador
literario en Libros & Letras y otros medios culturales.




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