El último libro del barranquillero Paul Brito titulado" La vida no es un ensayo" es exquisito. Escrito como resultado de un pensamiento fino y elaborado alrededor de temas indispensables, apuesta por crear con su lectura el poco aceptado sentido de la impermanencia. Pero más allá de las letras, en un entusiasmo por atrapar sendas reflexiones que de la ficción nos llevan a la filosofía o a la psiquis, para regresarnos y envolvernos y, en medio de García Márquez, Cortázar, Sábato, Bergson, Kafka, Chéjov, Heidegger, Schopenhauer, Freud, Jung, Bataille, Zweig, Nietzsche, Byung-Chul Han, Poe, terminamos la lectura sabiendo que “algo ha pasado”, nos hemos movido.