¿Cómo ser parte del 1% más rico del mundo?

¿De qué formas los ricos perpetúan sus privilegios haciéndolos pasar como naturales? ¿Por qué el trabajo no genera riqueza (o al menos para usted, ocupado lector)? ¿Qué solución hay para romper este ciclo? estas son algunas preguntas que suscita este manual de pensamiento crítico de los sociólogos franceses Monique y Michel Pinçon-Charlot publicado recientemente por Panamericana Editorial.

 Por: Julian Acosta Riveros / Editor


Esta ya no es una lucha de clases.

Es una guerra de clases.

Esta es una de las conclusiones a las que nos conduce el libro ¿Por qué los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres?, una obra asombrosa para abordar el pensamiento crítico con jóvenes, en la que los sociólogos Monique y Michel Pinçon-Charlot nos explican qué y quiénes son los ultrarricos, cómo se conforma esta casta y por qué su existencia es una amenaza para las demás clases sociales.



Pero volvamos al comienzo: ¿por qué hablan estos autores de una guerra de clases? Porque los ultrarricos están acumulando riquezas a un ritmo sin precedente en la Historia, lo que se constata en varios ejemplos (el libro es rico en datos referentes a ultrarricos europeos, latinoamericanos e incluso colombianos, pero invito al lector a acercarse al libro para disfrutar, además, de las brillantes viñetas de Étienne Lécroart).

Los ultrarricos se han convertido en una casta que se relaciona de forma endogámica para seguir acumulando cada vez más riqueza, por fuera de toda moral, como lo hacían las monarquías medievales. No les importa aportar a la sociedad, por eso siempre buscan “jugaditas” para no pagar impuestos, a la vez que ponen funcionarios que les facilitan tributar cada vez menos, por lo que aportan menos al Estado, lo cual redunda en tasas de impuestos más altas para los demás; tampoco les importa el mundo, pues su voracidad hace que les sean indiferentes los problemas causados por formas de producción contaminantes e inhumanas. De todas maneras, si se agotan los recursos de un lugar, siempre pueden mudarse a otro.

Las élites dominantes tienen varias herramientas para evitar el escándalo que puede producir esta situación, de las que enuncio apenas dos: constituirse como una clase superior y la propagación de un lenguaje que los reivindica. En el primer sentido, desde pequeños se les inculca una conciencia de clase que les hace sentir superiores (por lo que no deben mezclarse con sus inferiores, o sea, nosotros), que las ventajas de las que gozan son naturales y que las demás clases están en deuda con ellos; por otro lado, desde los medios de comunicación (de los que suelen ser dueños) inoculan un cierto tipo de lenguaje en el que no se habla de derechos del trabajador, sino de “carga laboral”, y en el que no se habla de exenciones fiscales, sino de “apoyos” para “generadores de empleo o de riqueza”, entre otras falacias que conducen a afianzar la idea de que contratar seres humanos de forma digna no es un deber, sino un favor.



Respondiendo a la pregunta del título de esta reseña: logrará ser rico, tendrá más facilidad para “echarle ganas” o lograr “emprendimientos” exitosos si el nombre de sus padres (y sus apellidos) aparecen en enlaces de Wikipedia.

¿De qué otras formas los ricos perpetúan sus privilegios haciéndolos pasar como naturales? ¿Por qué el trabajo no genera riqueza (o al menos para usted, ocupado lector)? ¿Qué solución hay para romper este ciclo? Lo invito a leer este increíble texto que le develará un mundo donde la moral ya no tiene sentido, donde el trabajo duro no importa y donde siempre habrá alguien intentando que usted pierda el trabajo (para su sorpresa, no es por las razones que esgrimen racistas y xenófobos).

Coda: Lo invito a ver el video “El éxito ¿es suerte o trabajo duro?” del canal Veritasium en español, para dar una mirada crítica a las falsas superioridades que nos rodean, así como este video en TikTok que habla sobre los privilegios transmitidos.