Cuestionario Elvira Navarro

Curiosidades librescas de una gran escritora.

Tomado de Estandarte.com Elvira Navarro sigue cosechando
elogios por su nueva novela, La trabajadora, de la que ya te hablamos hace meses. Hemos
querido aprovechar la circunstancia para preguntarle a Elvira una serie de
cuestiones librescas de esas que nos gustan: nuestro Cuestionario Estandarte,
que muchos de vosotros conocéis bien. Aquí tienes el resultado. Quién sabe, a
lo mejor, de paso, descubres alguna futura lectura de esas que te cambian la
vida, o al menos, te dan una alegría…

¿Cuántos libros lee al año?
Depende de la longitud y del género. La
poesía se lee muy rápido. Ser y tiempo en la traducción de José Gaos, muy
lento, si es que alguien puede leer esa traducción entera. Ciñéndome a la
novela, te diré que me leo unas tres o cuatro al mes.
Sea valiente. Confiésenos alguna lectura pendiente que le sonroje
admitir
.
No he leído nada de Balzac, por ejemplo. Ni de
Sebald.

¿Qué libro le habría gustado escribir?
– Hombres en sus horas libres, de Anne Carson.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
– Patatita, de Pilar Molina Llorente.

¿Cómo ordena los libros de su biblioteca?
No los ordeno jamás.
¿Cuál es su lugar ideal para leer?
Un sofá, un sillón, una hamaca. Con los pies
al sol sobre una mesa.
¿Y para escribir?
Un escritorio. Me vale casi cualquiera. La
habitación ha de tener ventana.
Se lo rogamos, responda a esta absurda pregunta: hay una inundación y
todos sus libros van a morir, ¿qué tres salvaría?
– Contra la pareja, de Agustín García Calvo; La
crítica del juicio
, de Kant; y La genealogía de la moral, de
Nietzsche.
¿Tiene lector de ebooks? ¿Le gusta el libro
electrónico
?
No tengo. Y claro, ni idea de si me gusta.
Recuerde alguna anécdota curiosa que haya tenido con algún lector.
Hace unos meses alguien que todavía no se
había leído La trabajadora
se acercó a la presentación del libro en Madrid y le dio un ataque de
pánico (en la novela narro un par de ataques de pánico). Unas semanas después
hablé con esta persona y me dijo que el lugar donde la narradora parece
alucinar (un parque que está en Eugenia de Montijo, junto a la antigua cárcel
de Carabanchel) es el lugar donde ella misma había tenido ataques de pánico
hacía ya unos cuantos años.
¿Qué está leyendo estos días?
Acabo de terminar El falso techo, un
poemario de Erika Martínez que recomiendo.

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