“El poeta frente al parque”. Homenaje a Ismael Enrique Arciniegas


Por: Ramiro Lagos

Estoy mirando el parque bajo el nadir del verso,

evocando añoranzas cual corolas del canto

Y un jardín de poemas bajo el arco de flores

da la entrada al poeta coronado de lauros.

Todo es bello en el parque con floridos recuerdos,

para ver al poeta de flor de flor cantando.

Y ver al cisne regio con su pico de oro

escribiendo romanzas bajo estrellados mantos.

En el parque se cita la floresta del aeda

con la orquídea que ostenta su metáfora alada,

para ser mariposa, para ser la libélula.

Difundiendo entre pétalos mensajeras fragancias.

El ruiseñor orquesta melodías de almíbar

para cantarle trinos a la dulce amapola

y es dulcísima ella en el jardín del alma,

y dulcísima en gozos, si se acaricia “A solas”

En el lago del parque fue grato el espejismo

de la ondina coqueta ostentando su cola

¡Como atraen sus ritmos de requiebros eróticos

entre lotos rosados, de ilusión seductora!…

La flor de lis en roja pasión se desenfrena

con las flores malditas de Baudelaire cantadas

A solas yo las canto y en Pigal las desfloro

Si el poeta maldito me lleva a sus andanzas-

En cada flor del parque renace la silueta

de la añorada núbil, derrotando el olvido,

del clavel y la rosa y de la margarita

Y de la flor amada en el lar del idilio.

La cascada del parque cual cristal de metáforas

las traduce el poeta, las traduce en su eco,

Y voy tras de su ritmo, y voy tras de su endecha.

Y sin permiso llego hasta su verso épico

En el parque no acaba el poema del vate,

queda la estatua en marcha de lo que fue su estro.

Y su estatua camina entre los ruiseñores

que le rinden sus loas cuando canta el maestro.

Viejo el bardo en el arte se le crece las barbas,

para cantar con arpa, lo que es la poesía:

es el jardín del alma, la creación “A Solas”,

es la espada de luz, es la flor de la vida.



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