El Rincón del poeta. Del libro “Un país sin nombre” de Álvaro Mata Guillé

“Yo estoy convencido de ser un fragmento de sol,

pero educado como un fragmento sin sol”,

escribíaAntidio en su Campo Nublo,

cuando empujaba la luna intentando podarla hasta la esencia

,

era una luciérnaga redonda,

una pelota de belleza,

decía

.

A finales de un mes de octubre,

cuando los muertos se preparan para regresar de Mictlán,

donde habían ido en busca de la casa del sol,

atravesando cuevas entre cerros y montes,

persiguiendo estrellas de granito

;

allá,

en aquel lugar,

donde los niños cuelgan de los árboles amamantándose como hojas o frutos, mecidos por las nubes entre flores,

que contaban los nahuas estaba poseído por sombras,

por voces,

por el humo de los ecos

;

cuando los viejos junto a los niños,

regresaban a conversar con parientes y conocidos, departiendo en los altares,

al lado de las tumbas marcadas con una cruz en la vereda,

cenando en los cementerios

o con la bruma que espejeaba en calles y poblados,

partióAntidio Cabal iniciando así el mutar entre olvido y recuerdo,

abandonaba la incompletud y el ente,

detenía lo incierto que empaña lo otro,

reuniéndose con lo que no se conoce desde lo provisional,

desde la temporalidad que termina,

se evapora

;

cuando las almas

como luces que parpadean,

de viejos y niños abandonaban el crepúsculo,

Antidio se internó en el campo nublo,

deponía sus partes temporales,

dejando el conflicto entre razón y sinrazón en busca,

como lo había hecho siempre,

del exilio a otro exilio,

llevándose la esencia a un lugar sin lugar y sin esencia,

ajeno a la normalidad, a los entornos,

para mudar carne y sangre en ceniza,

los conceptos en viento,

en ensueño,

en penumbra

;

cuando los altares se sumían en olores

y el fragor del incienso se teñía de flores amarillas entre dulces,

pan de muerto,

rostros convertidos en calacas,

y Mictlán,

el jardín de humo de Tlaltecuhtli,

habitaba por unas horas entre nosotros,

nos llegó la noticia de su muerte,

llegaba como llega noviembre en estos lugares y otros,

con más lluvia,

más bruma,

más frío

.

Entonces,

era lo que había, decía Antidio, era todo y cualquier parte,

se producía a sí mismo y en su niñez peleaba contra las secreciones,

era un sol, estaba solo y entero,

era astro, una ostra, el otro lado de sí y su yo continuaba y se separaría,

sedesproduciría,

cosa que también pensábamos al estar y no estar como un sueño,

pero sabiendo además,

que cuando los amigos como él y otros tantos mutan en niebla,

en busca de la casa del sol, internándose en lo ausente,

entre cuevas de cerros, montes y estrellas de granito,

algo se va con ellos,

algo que nos deja más solos,

con más vacío,

muriendo nosotros,

un poco

.




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