“Yo estoy convencido de ser un fragmento de sol,
pero educado como un fragmento sin sol”,
escribíaAntidio en su Campo Nublo,
cuando empujaba la luna intentando podarla hasta la esencia
,
era una luciérnaga redonda,
una pelota de belleza,
decía
.
A finales de un mes de octubre,
cuando los muertos se preparan para regresar de Mictlán,
donde habían ido en busca de la casa del sol,
atravesando cuevas entre cerros y montes,
persiguiendo estrellas de granito
;
allá,
en aquel lugar,
donde los niños cuelgan de los árboles amamantándose como hojas o frutos, mecidos por las nubes entre flores,
que contaban los nahuas estaba poseído por sombras,
por voces,
por el humo de los ecos
;
cuando los viejos junto a los niños,
regresaban a conversar con parientes y conocidos, departiendo en los altares,
al lado de las tumbas marcadas con una cruz en la vereda,
cenando en los cementerios
o con la bruma que espejeaba en calles y poblados,
partióAntidio Cabal iniciando así el mutar entre olvido y recuerdo,
abandonaba la incompletud y el ente,
detenía lo incierto que empaña lo otro,
reuniéndose con lo que no se conoce desde lo provisional,
desde la temporalidad que termina,
se evapora
;
cuando las almas
como luces que parpadean,
de viejos y niños abandonaban el crepúsculo,
Antidio se internó en el campo nublo,
deponía sus partes temporales,
dejando el conflicto entre razón y sinrazón en busca,
como lo había hecho siempre,
del exilio a otro exilio,
llevándose la esencia a un lugar sin lugar y sin esencia,
ajeno a la normalidad, a los entornos,
para mudar carne y sangre en ceniza,
los conceptos en viento,
en ensueño,
en penumbra
;
cuando los altares se sumían en olores
y el fragor del incienso se teñía de flores amarillas entre dulces,
pan de muerto,
rostros convertidos en calacas,
y Mictlán,
el jardín de humo de Tlaltecuhtli,
habitaba por unas horas entre nosotros,
nos llegó la noticia de su muerte,
llegaba como llega noviembre en estos lugares y otros,
con más lluvia,
más bruma,
más frío
.
Entonces,
era lo que había, decía Antidio, era todo y cualquier parte,
se producía a sí mismo y en su niñez peleaba contra las secreciones,
era un sol, estaba solo y entero,
era astro, una ostra, el otro lado de sí y su yo continuaba y se separaría,
sedesproduciría,
cosa que también pensábamos al estar y no estar como un sueño,
pero sabiendo además,
que cuando los amigos como él y otros tantos mutan en niebla,
en busca de la casa del sol, internándose en lo ausente,
entre cuevas de cerros, montes y estrellas de granito,
algo se va con ellos,
algo que nos deja más solos,
con más vacío,
muriendo nosotros,
un poco
.