El Rincón del Poeta

Le blanc souci 
Margarita García 
Le blanc souci de notre toile Mallarmé. 
La blanca tela anuncia nieve en mis manos. 
El trazado llega a la bisabuela. 
Golpea el lino que cubre y quiebra 
en presencia de un secuestro. 
¿Quién decide esconderse en la tinta y nombrar? 
¿Quién eludió el retrato y onduló mis cabellos, 
¿Cuántos pigmentos rayaron mis ojos? 
¿El mundo de ahora estaba hecho en el sueño de 
mi primera mujer sin nombre, la viciosa maga 
que ordenaba telas con crujido de almidón? 
¿Sabía leer o me dejó la oscuridad? 
¿Sabía elaborar pociones, desvanecerse en el sexo? 
¿Fue comprendida su caligrafía entre 
carruajes y cegueras? 
¿Queda la gracia del gesto, la ironía, 
el encantamiento? 
¿El amante maldito dejó nombre? 
¿Qué sutileza en los ovarios, qué pereza 
y semejanza al bulbo la preñó? 
¿Obtuvieron causa, hubo rondas, destilaron vinos? 
¿Qué llena el ánfora de mi pecho que la siente 
incomprendida y yo portadora de ir más lejos? 
¿Hubo esterilidad, suicidios, hundimientos? 
Alguien debe ser la causa de mis genes mal puestos. 
El himen de mi madre fue arrasado bajo el murmullo de comadrillas. 
¿Es qué sangró por todas? 
Mi abuela fue al norte tomando la mano 
de Gerardo Sabas, el querubín de la leche fresca. 
¿Por qué solo fueron setenta años de encuentro? 
¿Qué leyó en la Tora el día de mi nacimiento? 
Mi hija delicia con la uña, hinca mi ignorancia, 
de sucesivas sé que es grave la tripa, 
¿quién nos dejó escondites en las entrañas? 
¿Quién me ha marcado este amor complejo, 
estos desalientos? 
Me encuentro impaciente de nominar culpables. 
He sido penetrada por sucesivas enredaderas, 
anduve sola traduciéndolas, traduciéndome 
a una lengua extraña, incesantemente en dudas, 
vaciando palabras, contando letras. 
En mi cábala enloquezco 
de este salto que me arroja secretos. 
¿Cómo confesar que fui fractura, 
exiliada oscura en la noche de Europa? 
Mujer unida a muertas fugaces, mujer alimento 
de aves de paso y amé por ellas, amé en variantes 
e incesantes perdidas a un solo hombre. 
He llegado al contorno de mi sombra, mi perfil 
se desbarata con la edad y el triste ademán 
de la pluma que cae. 
Devoro el índice, la luz talla el orificio 
que fluye hacia la nada 
de eso que fueron hechas y yo carezco.


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