El cóndor, a la eternidad
Germán Valenzuela S. (Colombia)
El cancerbero, Miguel Calero,
de piel morena y mirada alegre,
traspasó el espacio,
traspasó a la gloria,
en su balón de cuero.
Llevaba guantes de viento,
y largos reflejos,
voló rápido por el arco
igual a los azulejos
que pasan por nuestro cielo.
¡Miguel Calero! gritan las barras
desde las rojas tribunas,
tanto en Colombia
y el Pachuca de México.
Ahí va Calero- dicen- los hinchas,
defendiendo con ardentía,
y su arqueado pico
el fútbol que él sentía.
Calero, El Cóndor,
de Ginebra ,Valle,
ahora vuela los Andes
desplegando sus alas al Sol.