Esa
Graciela Salazar R. (México)
A veces va delante de mí ni se nota
luego deja que vaya sola
prueba ver si me atrevo a…
¿morir?
La veo correr en las praderas
respirar mis naranjas y soltarse
llenarse de azul cuando mira al cielo
buscarse
en el viento y las batallas
dolerse
del borde silente de los labios
que debieron decir…
Escudriña mi rostro a fondo
y se pregunta para qué llorar
¿importarán lágrimas de otro?
sabe y me sabe como la sé yo
Otea de La Silla el horizonte
con sus manchas urbanas
cordones y avenidas de cemento
trepa las montañas de la ciudad
que se ha inventado conmigo
por la tarde en soledad y
descorriendo la noche del día
Se halla mi sombra
repasando los hijos de la sombra
también los del sol
unos que se gestan en el pecho
sin parirlos del vientre y fecundan a ley
ensemillando los años que vienen
allí te reconoces cuando suspiras
eres donde quisiste no ser ni modo
sombras que asoman la luz
hijas del sol que hacen la sombra
aquélla que nos abre los centros
y desgarra el vientre para vivir
sobre el dolor y sus cenizas
Viene conmigo
de vez en vez esa se pasea por ahí
sin decir a dónde porque es de mí
mañana no sé
tampoco ella.