Postal
Luz Helena Cordero (Colombia)
Qué cosa es el país, te preguntas a veces.
Quizá esa memoria fragmentada
que de vez en cuando te asalta
en forma de nombres o de calles perdidas
y no sabes
si es el sitio al que regresas ahora
o el lejano lugar donde llegabas todos los días
fatigada de voces o de asfalto.
Quizá acabas de llegar a tu cuarto
pero tienes el rostro de hace años
y no sabes
si detrás de la puerta te espera
la sombra de siempre
o es tu madre calentando tantas veces la misma comida
para tu hambre antigua.
El país se te mezcla en la nevera,
hay olores que encuentras aunque vienen de atrás,
pedazos de pan húmedo que vuelven a tus dientes,
el sol a cierta hora sobre cierta maleza
que hace tiempos mandaron arrasar
y sin embargo retoña en tu mirada.
No importa dónde estés
el país se te enrosca en el cuello,
te chilla como un grajo mutilado,
te clava la pena como uña sangrienta.
Pero te sabes inocente, si existe la inocencia,
si no somos culpables por callar,
por perseguir vivos entre este olor que pudre.
A veces el país no existe más que en estas postales
que compro para ti,
en el dejo que tienen las palabras de los amigos.
Allá, el país es sólo un nombre que te persigue
con un cielo prestado.
Aquí, el país sucede, palpita en el estómago.