Por: Blog Filbo. Poeta española, editora de La Bella Varsovia y directora de la revista literaria Eñe.
Acabando de cumplir los 30, Elena Medel ya tiene una obra poética de gran reconocimiento. Fue ganadora de los premios Andalucía Joven y Loewe. Sus poemas han sido traducidos al alemán, árabe, armenio, esloveno, eskera, francés, inglés, italiano, polaco, portugués, rumano, sueco y swahili. Medel es también directora de la célebre revista Eñe y editora del sello de poesía La Bella Varsovia.
-Además de estar en la Feria ¿cuál es el plan que no se va a perder en Bogotá?
Ya he visitado Bogotá en dos ocasiones, y me llamó la atención la vida inmensa de sus jóvenes creadores, su talento, sus ideas. Intentaré volver a disfrutar con lo que ya conozco, y sorprenderme con lo que aún no.
-Macondo es el ‘país’ invitado este año a la FILBO, para usted ¿qué es Macondo?
Para mí Macondo significa literatura e imaginación: lugares, en fin, en los que me siento cómoda. Macondo, por tanto, tiene mucho de hogar elegido.
-La franja central de la feria este año es “Leer las mujeres”. ¿Qué mujer escritora recomienda leer?
Si me preguntan por una española injustamente desconocida, recomendaría a la poeta Ángela Figuera Aymerich, que gritó como nadie. Si me permiten una obsesión personal, la narradora francesa Annie Ernaux, que escribe sobre sí misma y —sin saberlo, o no— escribe sobre mí. En Colombia no resulta necesario recomendar a María Mercedes Carranza y su mundo poderosísimo, pero yo lo hago.
-Dicen que escribir es mentir un poco. ¿En qué ocasiones miente por fuera de la literatura?
La mentira, creo, espero, siempre dentro de la literatura.
-¿Cuál es la apuesta del sello de poesía La Bella Varsovia?
Nació insistiendo en la difusión de los autores jóvenes, en una época de difícil acceso en España a las editoriales de poesía: existían pocas y, las pocas que funcionaban, casi limitaban su catálogo a los premios. Ahora que convivimos con un buen número de editoriales de poesía muy interesantes, he virado el rumbo a escrituras de riesgo y calidad: poetas jóvenes, si acaso, en el sentido del espíritu.
Aunque no haya una ‘fórmula’ y se trate de disciplina ¿cómo se llega a ser poeta tan joven?
Leyendo, leyendo, leyendo. Escribiendo. Leyendo. Corrigiendo. Reescribiendo. Leyendo, leyendo. Descartando. No existen secretos: esto consiste, con humildad, en revelarlos.
-¿Cómo logra sobrevivir en estos tiempos una revista de carácter meramente literario?
Eñe sobrevive con esfuerzo e ingenio, con la fidelidad de sus suscriptores y lectores, con la complicidad de libreros y anunciantes, con el fervor —sobre todo— de los autores que aceptan participar en la revista con sus textos. El proyecto se expande porque no se limita a revista impresa, sino que tiene su versión digital, y un festival que se celebra cada año en Madrid —este año con sede en Burgos— y un país de América, y un encuentro mensual —Ring Eñe— en torno a la literatura. Y el proyecto tiene su lógica porque los libros hoy, y siempre, seguirán teniéndola.