Entrevista, Carlos Eduardo González

No. 7126, Bogotá, Miércoles 15 de Julio del 2015

Carlos Eduardo González

Santa Fe es un grande, campeón, con rica historia y tradición, con valores que van más allá de los triunfos deportivos

Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
La octava maravilla es, al mismo tiempo, la octava estrella del Independiente Santa Fe y Carlos Eduardo González quiso hacerle un homenaje, merecido homenaje a uno de los grandes-grandes del balompié colombiano publicado por Ediciones B.
– ¿Cuándo vio a Santa Fe por primera vez?
– Quizás haya un antecedente, pero difuso en la memoria. El que sí tengo consciente es el partido Santa Fe-Junior en el hexagonal de 1975, el 18 de diciembre, el último juego como local antes de ir a Medellín para ganar la quinta estrella. Esa noche se ganó 3-0 con un soberano baile a los amigos costeños. Fue la única vez que acudí al estadio con mi papá, porque él nunca ha sido de esas multitudes.
– ¿Cómo fue esa sensación de ver el rojo y el blanco sobre la gramilla verde?
– Una emoción indescriptible. No hay palabras que basten para definir lo que un hincha siente por su equipo. Ese de 1975, además, era un equipazo, con un Alfonso Cañón pletórico, un Ernesto Díaz punzante, un Héctor Céspedes decisivo, un Juan Carlos Sarnari talentoso, un Carlos Alberto Pandolfi oportunista, un Luis Gerónimo López seguro, en fin. La simpatía que sentía por el equipo a la distancia se convirtió en un lazo muy fuerte después de verlo jugar.
– ¿Recuerda el día cuando fue a ver su primer clásico?
– Es posible que la memoria falle, pero del primero que me acuerdo es uno que se jugó el 12 de octubre de 1978. Santa Fe ganó 4-1 con doblete y sensacional actuación de Ernesto Díaz, que esa tarde fue una pesadilla para la defensa de Millonarios. De contragolpe, Santa Fe le hizo la fiesta a su rival de patio, que ese día era local y tenía más hinchas en la tribuna. Algo inolvidable la alegría a la salida del estadio, con los azules aburridos y los rojos, dichosos.
– ¿Si no hubiera sido el Santa Fe, qué equipo hubiera sido de su alma?
– No hay alguno otro que reúna las condiciones: es un grande, campeón, con rica historia y tradición, con valores que van más allá de los triunfos deportivos, con una hinchada fiel que lo sigue más en las malas que en las buenas y, algo muy especial, es una pasión que se hereda: no hay opción al oportunismo. Y esa garra que siempre lo identificó es única. Santa Fe reúne todo lo que yo esperaba de un equipo de fútbol, nunca hubo duda.
– ¿Por qué ha de quererse al Santa Fe?
– Porque, más que un equipo de fútbol, para el hincha es como una religión. No cualquiera puede ser hincha de Santa Fe, porque hay que nacer con capacidad de sacrificio, con nobleza, con paciencia, con una sensibilidad especial para apreciar y valorar los momentos felices, que a veces no abundan. Porque, como en el caso de una mujer bonita, inteligente, simpática, alegre, comprensiva y echada pa’ lante, es imposible no enarmorarse de Santa Fe. Los valores que inspiraron su creación se mantienen intactos, vigentes. Son ideales que representan lo mejor del fútbol, del ser humano.
– ¿Cree que realmente el Santa Fe un equipo del pueblo-pueblo?
– La masa de sus hinchas, seguramente, esté en el pueblo-pueblo, a pesar de que el equipo fue fundado por personas que representaban la élite de la sociedad. Sin embargo, Santa Fe siempre se distinguió por contar con hinchas en todos los estratos sociales, en todos los rangos de edad. Esa es parte de su encanto: cualquiera puede ser hincha de Santa Fe siempre y cuando se identifique con sus ideales; allí sí hay cama para tanta gente.
– ¿Se puede decir que ser santafereño -y parodiando a Borges- «es un acto de fe»?
– Definitivamente, sí. Es la única posibilidad opción racional para explicar y entender cómo un equipo que durante décadas les brindó a sus hinchas muchas más tristezas que alegrías, jamás perdió adeptos. Ya se dijo: es como una religión: aunque ese dios en el que creemos no nos complazca siempre, lo seguimos fielmente, acudimos a su casa para adorarlo, respetamos sus preceptos. Es por eso, también, que el hincha de Santa Fe es fiel especialmente en las horas aciagas.
– ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que le ha dejado el equipo?
¡Qué pregunta difícil de responder! Diría que tantos domingos de alegría, de buen fútbol, de victorias agónicas y con la posibilidad de compartir con los amigos y gozar a los rivales. Regresar feliz a casa es algo incomparable. ¡Eso no tiene precio!
– ¿Recuerda una goleada aplastante que lo dejó con el alma entristecida?
– En 1983, hubo un clásico que Millonarios ganó 4-0, pero el buen juego y el espectáculo lo puso Santa Fe. Era el equipo del vasco Urriolabeitia con Gottardi, Odine, Perazzo, Grimoldi, Carpene y Umaña. ¡Semejante equipazo no podía perder, y menos por goleada!
– ¿Y la mayor satisfacción?
– El clásico del 7-3, del 23 de febrero de 1992. Era la primera fecha del torneo, Millonarios decía que tenía equipo para ser campeón y se llevó la peor derrota de su historia. El partido perfecto, sin duda, ese que uno nunca se cansaría de repetir y repetir.
– ¿Por qué decidió escribir un libro sobre el Santa Fe?
– Porque era insólito que, con 73 años de historia, no hubiera un libro que resumiera la vida de uno de los más grandes del fútbol colombiano. Por su multitudinaria hinchada, especialmente todos aquellos que esperaron desde 1975 hasta 2012 para saber cómo era eso de dar una vuelta olímpica. Porque es probable que el último lustro sea el más brillante de la historia del club y, entonces, era el momento para ofrecerles a sus hinchas un documento para revivir los mejores momentos (en unos casos), para conocer los antecedentes (en otros) y para enriquecer su pasión por el equipo (para todos).
– ¿Cuánto tiempo invirtió en el proceso de investigación sobre el equipo?
– Por cuestiones operativas, la investigación se realizó en solo seis semanas. No había otra opción, según la programación que habíamos acordado con la editorial. Luego, el proceso de escritura de demoró dos meses.
– ¿Es un libro dirigido únicamente a los hinchas rojos o a todos los amantes del fútbol?
– Fundamentalmente, está escrito para los hinchas de Santa Fe, por eso se llama La octava maravilla pero con el cuidado y el rigor periodístico necesarios para que cualquier hincha del fútbol lo lea sin sentirse hastiado por la melosería. Es un documento periodístico de consulta para cualquiera que sienta pasión por el fútbol, que sea curioso y que quiera enriquecer su cultura general.
– ¿Hacer un libro como este es demostrarle a la escuadra que la ama con verdadera pasión?
– Es un sentido, sí, es un homenaje, un agradecimiento a toda la felicidad que nos ha dado a los hinchas, aunque el libro se escribió más con espíritu de periodista que de hincha. Igual hubiera podido escribir uno de Millonarios, de la Selección Colombia o cualquier otro equipo siempre y cuando el proyecto fuera atractivo. Es claro, sin embargo, que seguramente ninguno de esos me habría dado tantas alegrías y safisfacciones en el proceso de investigación, de escritura y de publicación. En periodismo, cada vez es más difícil unir profesión y pasión, y Santa Fe, la octava maravilla, es la perfecta conjunción.

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