Entrevista con Yeiver Rivera, autor de Viví en el Bronx.

No. 7611 Bogotá, 1 de Diciembre de 2016 

Mientras unos dan plomo, nosotros damos pluma
Jorge Consuegra




Quiero mostrar de manera histórica lo que llevó a que un sector 
donde vivió la alta sociedad de Bogotá, se convirtiera en un lugar 
de degradación y muerte: Yeiver Rivera 

Por: Ileana Bolívar R. / Bogotá.

Con sólo nombrarlo ya produce temor y pasar por allí es casi una sentencia de muerte. Eso es lo que se genera cuando se habla del Bronx, uno de los sectores más peligrosos de Bogotá. En este lugar, intervenido el pasado 28 de mayo por más de 2500 efectivos de la Policía, CTI, Ejército, Bomberos y funcionarios del Bienestar Familiar, convivían el crimen, los asesinatos, las desapariciones, la prostitución, el tráfico de menores, el desmembramiento de personas y el consumo libre de alucinógenos.

Pese a que a diario se conocen más historias de las personas que allí habitaban, y que hoy deambulan por otros sectores de la ciudad, no todo está dicho. Es por eso que el periodista Yeiver Rivera, hace un poco más de tres meses, decidió adentrarse en el mundo del Bronx para mostrar las otras historias de aquellas personas que aún sueñan con tener una nueva oportunidad en la vida y desean salir adelante.

Con testimonios reales e historias nunca contadas de lo que aconteció en el sector, Viví en el Bronx, es una investigación periodística hecha sin concesiones y dejando a la vista de cada uno de los lectores relatos y hechos narrados por quienes sobrevivieron al horror, un estremecedor recuento de lo que sucedía en esta zona de Bogotá.

-¿Cómo surge la idea de escribir Viví en el Bronx?

-Venía madurando una idea parecida hace algunos meses, pero la estocada final la dio mi editora quien me propuso hacer esta investigación completa y total y me dio la libertad de realizarla de manera directa y contarla con un lenguaje periodístico en el que se muestra la voz y mensaje del entrevistado.

-¿Cómo llevó a cabo la investigación y cuánto tiempo le tomó?

Inicié investigando sobre Bogotá, la degradación que ha sufrido el centro de la capital. Como era un tema de actualidad y en ocasiones anteriores a la intervención había visitado las vecindades del Bronx en el desarrollo de mi trabajo periodístico, me permitió conocer el lenguaje de la calle y empezar a buscar fuentes creíbles de todo tipo: oficiales y no oficiales. Para ello hablé con historiadores, autoridades, funcionarios públicos, ciudadanía afectada con la migración de habitantes de calle a sus barrios y aproximadamente fueron tres meses de investigación y luego si me senté a escribir y corregir.

-¿Cómo fue el trabajo de creación narrativa y cómo está estructurada?

-Siempre he querido darle voz a los que no tienen voz y ese ha sido mi objetivo en la vida. Por eso el libro está estructurado de manera cronológica y con una infografía que muestra en detalle donde estaba ubicado el Bronx. Detalles de la intervención y de cómo se llevó a cabo, un análisis psicológico y clínico de los habitantes. Luego cuento las historias de los sobrevivientes del Bronx en una narración hecha por cada uno de ellos, en su lenguaje y expresiones donde detallan el horror vivido allá. Finalmente se señalan los hechos acaecidos después de la intervención y las diferentes acciones adelantadas por los comerciantes de los barrios cercanos.

-¿Qué tipo de testimonios están narrados en su libro?

Hay seis testimonios de hombres y mujeres que fueron obligados a degradarse como personas, a cometer actos aberrantes contra la sociedad y contra ellos mismos, incluso a picar personas que habían sido asesinadas y a desaparecerlas sin dejar ningún rastro. Son historias que muestran lo que el ser humano es capaz de hacer por conseguir una dosis de bazuco, por una moneda para calmar las ansias de jugar o, en el caso de las mujeres, llegar a tener relaciones sexuales por un “pipazo”.

-¿Son historias contadas desde lo humano?
-Quise contarlas en la voz y narración de cada uno de los protagonistas, por supuesto mostrando lo humano y lo que los llevó a estas calles de horror, lo que los obligó a permanecer en ellas y cómo su vida cambió; pero que hoy en día quieren una nueva oportunidad en la vida, que desean salir adelante y ser funcionales en la sociedad, una sociedad que los señala con el dedo y que los acusa, pero que no se ha dado cuenta que en el flagelo y la enfermedad de la droga puede caer cualquiera que no esté preparado para afrontar un momento de crisis en la vida, momentos que se toman decisiones erradas.

-Sobre el horror del Bronx se han publicado cientos de artículos y testimonios. En su libro, ¿qué encontraremos y cuál es el enfoque que ha querido darle al tema?
-Quiero mostrar de manera histórica lo que llevó a que un sector donde vivió la alta sociedad de Bogotá, fue un referente cultural y económico, se convirtió con el paso de los años en un lugar de degradación y muerte; pero no solamente el Bronx, sino todo el centro de la ciudad, donde fácilmente se consigue drogas, alcohol, sexo y una cantidad de acciones ilegales. No quiero decir con ello que todo el centro de la ciudad sea así, solo que desde hace más de 60 años los gobiernos no le han prestado la atención que merece y por eso ha acontecido esto.

Es real que se han publicado muchas cosas sobre el sector, artículos, reseñas, audiovisuales, pero lo que Viví en el Bronx lo hace distinto es que además de la narración de los protagonistas, estas son hechas sin edición, sin concesiones y contando lo que realmente pasaba en el sector y lo que pasa en los lugares de acogida, albergues y lo que aconteció el día de la intervención por parte de las autoridades.

-¿Qué fue lo que más le impactó de las historias que narra en estas páginas?

-Uno en este medio cree haber oído todo, pero al comprobar lo que un ser humano es capaz de hacer con un semejante, el dolor y la tristeza que embarga a esa persona después de haber hecho algo obligado, se da uno cuenta que como personas y sociedad estamos lejos de sentir misericordia por nuestros congéneres. Oír cómo violaban a las niñas contado por ellas mismas, cómo desaparecían a las personas para siempre y que no quedaba ningún rastro de su presencia, son instantes impactantes, solo dignas de las más crueles y sangrientas películas de acción y terror.

-¿Hubo dificultades en el desarrollo de la investigación que impidieran no ir más allá de lo que usted quería contar?

-Quise hablar con población heterogénea y lo logré. Por supuesto que uno siempre quiere hacer algo mejor y con más impacto, pero creo que se logró un buen trabajo y ahora le toca a los lectores juzgar lo que se hizo y, ojalá, que les quede una enseñanza para que esto jamás se vuelva a repetir en ninguna ciudad de Colombia, ni del mundo.

-¿Cuál considera que es la mayor contribución que su libro podría hacer?

-Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, de eso se trata, dar a conocer lo que verdaderamente pasó y que las nuevas generaciones no repitan lo que se ha hecho. También es un llamado de atención a las autoridades para que no permitan que estos hechos sigan pasando, porque lamentablemente uno dice ¿Se acabó el Bronx?, pero no es así, quizás la denominación del sector, pero el problema de tráfico y consumo seguirá en distintas partes del país o la ciudad. Un Cartucho o Bronx se «acaba» y aparecen nuevas calles dedicadas al consumo y al delito para la consecución de sus dosis, calles acompañadas de la prostitución y llenas de lo que le falta a quien lamentablemente cae en las garras de las drogas: afecto; lo que lleva a que la mayoría de las personas deambulen en calles y avenidas buscando en la droga una «salida» a su problemática, tratando de ahogar sus penas en el alcohol o los alucinógenos.

-¿Quedó algo por fuera que hubiese querido contar?

Yo creo que siempre se quiere contar más y más, tal vez conocer el punto de vista de los traficantes de droga, es algo no muy fácil de lograr por el estigma que sobre ellos recae, pero son historias que también merecen ser escuchadas por la sociedad. El mundo lleva más de un siglo de lucha y represión contra los traficantes y consumidores de drogas y no se ha logrado acabar ni disminuir el daño, ¿no será hora de hacer algo distinto?

-Al culminar el libro, ¿cambió, o no, su perspectiva de la situación del Bronx?

Totalmente. Uno llegaba al centro de Bogotá y sabía que había un sector con esta problemática, pero nunca se imaginaba que pasaran tantas cosas aberrantes y tantos delitos se cometieran en tan poco espacio. Pero más que sobre el sector, es sobre las adicciones, porque las hay de todo tipo y nadie está exento de las mismas.

-¿Somos los bogotanos indiferentes a la situación social del Bronx?

Le hemos prestado atención cuando se volvió noticia de interés general, cuando los habitantes de calles empezaron a llegar a nuestros barrios o municipios, cuando nos hemos sentido vulnerables; de resto a muy pocos los interesaba lo que allí pasaba. Hay instituciones que brindan atención a farmacodependientes y cuántos nos hemos acercado a ellas a preguntar ¿qué necesitan, en qué puedo ayudar? En la ciudad encontramos un habitante de calle y siempre lo miramos con desprecio y jamás nos preguntamos qué lo llevó a esta situación y si quiere o no ayuda y salir adelante. Mientras el dinero de la salud y la educación siga llenando los bolsillos de los gobernantes de turno y las oportunidades sean para unos pocos, la brecha social cada día será más amplia. Mientras los jueces de la República y las Cortes no legislen viendo que así como hay libertad de cada persona hacer lo que quiera con su vida, esa libertad se acaba donde inician los derechos de los demás, solo en ese momento veremos que la indiferencia empieza a tomar un nuevo camino.

-Como autor, ¿cuáles son sus expectativas con su primer libro?

Tengo las mejores expectativas de que la gente lo lea y genere un cada persona un aprendizaje que le sirva en su vida. He escrito poesía y cada día la alimento, pero este libro enmarcado en la crónica es un paso para empezar a recorrer un camino de conocimiento y aprendizaje diario. Hay que seguir aprendiendo en el periodismo y ese es mi principal objetivo y como tal cada día leo e investigo a los que ya han abierto el camino y la brecha para seguirlos, claro está con mi propio estilo.

Viví en el Bronx será presentado el próximo 6 de Diciembre a las 7:00 p.m. en el Gimnasio Moderno en Bogotá.



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