Entrevista, Ramón Francisco Jurado

Ramón Francisco Jurado 
En Panamá hay lectores hambrientos por la producción nacional 
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras
Gracias a la tozudez y al terco empeño de escritores, editores, lectores, libreros y periodistas es que Panamá ha ido poco a poco tomando la bandera cultural e intelectual no sólo de Centroamérica, sino también del continente entero. Y aunque no se nota ningún interés por parte del actual gobierno de apoyar las manifestaciones culturales, sí se han ido consolidando algunos grupos de estudio y han surgido otros nuevos que aunque pocos, tienen una enorme calidad. 
Y decimos que el gobierno de Martinelli poco o nada ha hecho ni por la educación, si que menos por el desarrollo cultural. Está el lamentable caso del programa radial “Tertulia Literaria”, dirigido por el profesor Ricardo Ríos, que se transmitía por Caracol Radio y que después de una larga década, fue cerrado sin haber dado ningún tipo de explicación. Después de un mes de haberlo silenciado, continúan llegando voces de protesta como la de Rodrigo Noriega quien le envió a Ríos una carta de apoyo protestando por la forma tan burda como fue interrumpido el espacio radial: “Más allá del incidente perverso que nos priva de un espacio inteligente en la radio comercial panameña, vale la pena destacar que Panamá es de los muy pocos países de la región, incluyendo EUA que permite que extranjeros sean mayoritarios de una empresa radial o televisiva. Por una parte la hiper-concentración de la tenencia de los medios audiovisuales cierra la pluralidad de opinión y temática que debería existir en dichos medios, y por otro lado, la extranjerización de los medios, sobre todo los audiovisuales con franquicias disimuladas y horas y horas de programación idénticas de los unos y los otros han empobrecido nuestro ecosistema cultural e intelectual. Ahora existe una quinta frontera no del territorio sino de la economía y de la cultura que debemos eliminar para podernos desarrollar como país. El grupo Prisa es adicionalmente dueño de varias editoriales que producen los carísimos libros de textos despanameñizados que usan nuestros estudiantes obligatoriamente”. 
Uno de los protagonistas del mundo intelectual panameño es el abogado Ramón Francisco Jurado quien ha logrado combinar su mundo de las leyes con el de las metáforas literarias, publicando tres novelas del género “Negro” y que han tenido muy buenos comentarios en la prensa de su país. Por eso logramos entrevistarlo a distancia, pero logrando acercarnos mucho más a sus letras y a sus logros literarios. 
– ¿Cuál es el recuerdo más lejano que tiene con un libro en sus manos? 
– Probablemente el libro de cuentos infantiles Había una vez, que mi abuela me leía cuando era muy pequeño y que luego yo leí hasta deshojarlo. ¡Aún lo tengo! 
– ¿En su casa siempre hubo libros en todos los rincones? 
– Sí. Actualmente hemos llegado al punto donde no hay espacio para más libros, pero los libros siguen llegando. Mi Madre siempre ha sido una asidua lectora, y me cuenta que cuando era chico y aún no sabía leer, cuando la veía acostada con un libro yo buscaba mi libro de cuentos y me ponía a “leer” a su lado en voz alta…Había memorizado los cuentos que mi abuela me leía, y hasta sabía pasar la página en el punto correcto. 
– ¿Cuál fue el primer libro que lo enamoró de la lectura? 
– No lo recuerdo con precisión. Quizás deba darle el crédito al libro que mencioné en la primera respuesta. De chico leía comics, libros del estilo “construye tu propia aventura”, y todo lo que me llegara a la mano. 
– ¿Qué escritores universales siempre han estado al alcance de su mano? 
– Gabriel García Márquez, Ernest Hemingway, Mark Twain, Pablo Neruda, Alfred Hitchcock, Agatha Christie, José Saramago. Leí los clásicos y los griegos en la escuela, y me interesé en los beats por un tiempo. Seguro que en este momento muchos otros escapan mi memoria. Actualmente estoy más pendiente de autores contemporáneos, disfrutando cómo innovan en la técnica. Todas las historias ya están contadas, la novedad está en la perspectiva del autor y el método narrativo que favorecen. 
– ¿Cómo ve el desarrollo de la literatura latinoamericana en los últimos años? 
– Percibo un movimiento instintivo hacia la universalidad. Abordar temas regionales no es obstáculo para trascender fronteras si se narran con la óptica propicia. Santiago Roncagliolo y Xavier Velasco son buenos ejemplos de esta tendencia. 
– ¿Ve que crece la creación literaria en Panamá? 
– En Panamá empiezan a florecer géneros como la ciencia ficción y la fantasía. Hay nuevas plumas incursionando en la Literatura, la temática se está expandiendo a otras coordenadas más allá de la preocupación por la identidad nacional y la soberanía que ocupó a nuestros autores durante décadas. Y sobre todo, hay lectores hambrientos por la producción nacional. Las ferias que ahora se celebran anualmente lo evidencian: las nuevas publicaciones de autores autóctonos vuelan como pan caliente. 
– ¿Por qué decidió ingresar al mundo de la Novela Negra? 
– La Novela Negra provee escapismo a aquel que no se desconecta de su realidad. Confronta las inequidades y deficiencias más grotescas de la sociedad, pero provee el confort de un contexto ordenado y una resolución satisfactoria, que es lo que carece la vida cotidiana. Cuando Chandler abogó por el género acentuó su uso como una crítica social. 
– A mí me gusta utilizar el término anglosajón thriller, porque ilustra con precisión la narración de historias emocionantes, creando una válvula de escape psico-emocional de un mundo anodino a uno extraordinario y ofrece una inmensa versatilidad de temas que cosechar de la vida real. Disfruto la oportunidad de contraatacar la monotonía cotidiana con relatos extraordinarios poblados de personajes con los que te puedas identificar y que te mantengan adherido a sus páginas. Para construirlas cosecho constantemente elementos del mundo que observo, que es una fuente inagotable de ideas. Esto las ancla en nuestra realidad. Además, en proyectos más recientes se me ha hecho interesante explorar temas de mayor resonancia sin desatender la responsabilidad de construir un relato emocionante con los recursos del thriller
– ¿Cómo surgió ésta, su más reciente novela Veritas Liberabit
– La novela germinó de dos intereses: explorar las cicatrices emocionales de la protagonista y desarrollar mi versión del tradicional misterio a puertas cerradas en el Siglo XXI, que no resulta fácil de escribir en la era de los celulares e Internet. En mi novela anterior, La niebla, introduje a Sabrina Saavedra, una investigadora privada. En la literatura panameña no existe un personaje recurrente que protagonice una serie de novelas, y es el espacio que Sabrina pretende ocupar. En Veritas Liberabit, por una serie de circunstancias Sabrina se encuentra junto a una serie de individuos en una isla del Archipiélago de Las Perlas en donde sus acompañantes empiezan a morir misteriosamente y ella se da a la tarea de descubrir la causa. Dos temas principales se manifiestan en sus páginas: en La niebla establecimos que Sabrina proviene de una familia poderosa en Panamá cuya influencia se extiende sobre todas las actividades ilícitas que se desarrollan en el país. Esta novela explora el impacto psicológico que ha tenido sobre ella crecer dentro de ese entorno y el esfuerzo que implica conciliar lo que racionalmente objeta en un padre al que inevitablemente adora. Y esto a su vez se refleja en las relaciones de Sabrina con los hombres de su vida. Además, varios de los personajes representan algunos roles que conocemos en la sociedad panameña. Por otro lado, la historia pregunta cuál es el precio de la verdad. El título Veritas Liberabit lo escogí casi que con un tono sarcástico. ¿La verdad te libera? ¿Estás segura de eso? ¿Cuántos de nosotros en nuestras reflexiones más íntimas reconocemos en algún momento que poseemos una verdad que preferiríamos no haber descubierto? Todos los personajes esconden algo y cada uno se siente plenamente justificado. Y contra ellos contrastamos la moralidad en blanco y negro de Sabrina. ¿Cuál prevalecerá? Veritas Liberabit empieza a subvertir el concepto y por eso es una novela mucho más íntima, mucho más psicológica y emotiva. En ésta exploro las debilidades de la heroína y procuro dejarla en un lugar mucho más interesante para la tercera novela. Todo es parte de un largo plan que tengo para sus aventuras. Aclaro: es una serie, no una saga. Los lectores pueden escoger cualquier libro de Sabrina y leerán una historia completa e independiente. Pero si lees todas sus aventuras, presenciarás su evolución como personaje. Con ella planeo explorar temas del heroísmo cotidiano disfrazados en el rol de la heroína de acción. 
– ¿Cuáles han sido sus “maestros” en este género? 
– Arturo Pérez-Reverte, Aaron Sorkin, Greg Rucka, Ariel Barría, Mario Puzo, Tom Rob Smith, Dean Koontz, Stephen King, Brad Meltzer, Mario Vargas Llosa, Joss Whedon, J.J. Abrams, Barry Eisler, Thomas Harris, Michael Chrichton…Seguro se me quedan muchos más nombres en el tintero. Y, por supuesto, no tendríamos un género sin Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, Raymond Chandler y Dashiel Hammett. 
– ¿Cree que se pueda hacer una gran labor de difusión binacional entre Colombia y Panamá? 
– Por supuesto. Ambos países confrontan sus propios dilemas, pero a la vez compartimos muchos vínculos transgeneracionales, e intercambiar perspectivas sólo puede enriquecernos. Después de todo, dicen que la grama siempre es más verde del otro lado de la cerca.


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