Sergio Torres
Me gusta ver la física como un entrenamiento muy riguroso para resolver problemas
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
A todo señor, todo honor. Y Sergio Torres merece todos los honores pues ha puesto muy en alto el nombre de Colombia en todos los lugares en donde ha trabajado. Por ejemplo, ocupó un lugar especial junto al Premio Nobel de Física 2006, George F. Smoot con quien desarrolló un programa de mapeo de la galaxia, con el cual se realizaron observaciones desde California, Colombia y Brasil. En la Universidad de Roma, “La Sapienza”, participó en experimentos de rayos cósmicos en los laboratorios del Gran Sasso y realizó trabajos de investigación en cosmología en el Internacional Center for Relativistic Astrophysics y en la Universidad de Cantabria. Es decir, si detallamos su enorme hoja de vida, gastaríamos más que cuartillas y cuartillas hablando de quien estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá y se ganó una beca Fullbrigth en Virginia Tech, EUA, en donde recibió un doctorado con todos los honores.
Hace muy poco publicó con Siglo del Hombre (Bogotá) El Big Bang: aproximación al universo y a la sociedad un libro que se lee con la misma pasión con que todos leímos, por ejemplo, a Carl Sagan, pues son historias e historias entrelazadas en donde Torres va contando el desarrolla de la vida, de la ciencia, del futuro…
– ¿Sus primeros juguetes fueron libros o desarmaba juguetes para saber cómo funcionaban?
– Lo segundo. Quizá por ello terminé siendo físico experimental en vez de físico teórico.
– ¿Cómo nació en usted esa pasión por la ciencia?
– Desde comienzos del bachillerato me interesé por las ciencias atraído por esa posibilidad que ofrece la ciencia de conocer el universo y la naturaleza de una manera sistemática y protegida (hasta cierto punto, como más tarde me di cuenta) de las arbitrariedades de la autoridad o de dogmas incuestionables. En clase de física del bachillerato me pareció maravilloso entender que una teoría (es decir, un producto de la imaginación basado en modelos matemáticos) pudiera dar explicación de los fenómenos físicos al mismo tiempo que permitía hacer predicciones precisas sobre el futuro de un sistema físico. Todos estos factores influenciaron mi elección de estudios y carrera profesional.
– ¿Por qué decidió estudiar Ciencias de la Educación en la Pedagógica?
– Mi interés era estudiar física. La Universidad Pedagógica ofrecía la licenciatura en ciencias de la educación con especialidad en física, lo cual me pareció una combinación segura ya que en ese momento pensaba que en Colombia era difícil dedicarse a la investigación exclusivamente.
– ¿Qué fue lo que más lo entusiasmó estando en la Universidad?
– Me metía en clases de todo (filosofía, sociología, historia, química, cálculo, etc.). Me encontré con un ambiente muy diverso donde siempre era posible tener buenas discusiones con otros estudiantes que pensaban de manera diferente.
– ¿Qué significa ser doctor en Física en este mundo globalizado?
– Me gusta ver la física como un entrenamiento muy riguroso para resolver problemas. Y aquí no estoy hablando de los problemas al final de capítulo del libro de física, no! Estoy hablando de problemas que afectan a la sociedad: fuentes limpias de energía, alimentos, agua, calentamiento global, medio ambiente, células madre, fumigaciones, desechos tóxicos, etc. Hacer física en un mundo globalizado significa que los problemas son globales y también significa que el investigador ya no trabaja aisladamente. Hace unos años, trabajando en Colombia, era muy difícil saber qué trabajos estaban haciendo otros investigadores en otro lado del mundo. Con la Internet, hoy mis estudiantes tienen acceso inmediato a los artículos publicados por otros investigadores y tienen la posibilidad de establecer contacto y colaboraciones con otros investigadores en cualquier parte del mundo.
– Este, El Big Bang, no es su primer libro, sino que ha publicado más de un centenar. ¿Cómo surgió este texto?
– Aclaración: sólo se han publicado 4 libros míos, las otras publicaciones son 41 artículos en periódicos profesionales, 67 artículos en memorias de simposios y 32 artículos de divulgación científica. Todo esto se puede encontrar en http://home.earthlink.net/~verada/pubs/pubs.html Ya aclarado esto, puedo decir que gran parte de mi trabajo de investigación se ha enfocado en el tema de la cosmología, es decir el estudio del universo como un todo, su origen y evolución. En 1986 comencé a trabajar en el proyecto COBE (del inglés para Explorador del Fondo Cósmico) de la NASA, con el cual se observaron por primera vez las marcas dejadas en la radiación de fondo por los procesos que ocurrieron durante los primeros momentos del Big Bang (hace 13.700 millones de años). La radiación de fondo es la energía remanente de la época inicial del universo cuando éste era un plasma muy caliente y denso. Los datos recogidos por el satélite COBE entregaron importante evidencia a favor del modelo cosmológico del Big Bang.
Durante todos estos años, en el aula de clase o en las numerosas charlas al público en las que he participado, me he dado cuenta que el tema del universo y sobre todo las preguntas fundamentales referentes a su origen y constitución son de interés a todo el mundo independiente de su nivel educativo. Sencillamente a todos nosotros nos inquieta los grandes misterios del universo y todos quisiéramos saber la respuesta a esas preguntas fundamentales que la humanidad siempre se ha hecho: ¿Cómo se formó el universo? ¿Cómo se formó la vida? ¿Cómo aparecimos en este planeta? Durante ya más de 25 años que llevo enseñando y dando charlas sobre el tema del origen del universo, he anotado muy cuidadosamente las inquietudes y las preguntas que hace el público. Me doy cuenta que existe gran interés por el tema pero al mismo tiempo hay gran confusión y en muchos casos también la gente tiene conceptos preconcebidos que inhiben la aceptación de la evidencia científica sobre la cual se construye la cosmología moderna.
Por otro lado, desconcertado me doy cuenta cómo nuestros líderes y otros comerciantes de la ignorancia desechan con desdén la evidencia científica en asuntos que tienen gran impacto para la sociedad. Hay casos muy conocidos, por ejemplo la negación del calentamiento global como fenómeno causado por acciones de los humanos. Puedo dar una larga lista de ejemplos pero no hay espacio aquí para ello. La historia nos enseña que el costo de la ignorancia es muy alto. Por estas razones veo la necesidad de hacer que el ciudadano igual que nuestros líderes entiendan el proceso científico. Vivimos en una sociedad moderna que fue construida sobre los cimientos de una cosmovisión científica; tenemos serios problemas que afectan el futuro de la humanidad; esos problemas no se van a resolver encomendándonos al Sagrado Corazón. Por orden presidencial, Colombia fue consagrada al Sagrado Corazón y recientemente a la Virgen María. Funcionarios del gobierno de Bogotá usaron dineros públicos para contratar a un shaman para detener la lluvia. Medios de comunicación masiva dan plataforma a astrólogos y prestidigitadores, periódicos de prestigio publican el horóscopo, alimentan la superstición y le dan voz amplificada a profecías de fin de mundo y todo aquello que incremente ventas, sin importar la validez y veracidad de la información.
Lo anterior describe el contexto que dio origen a mi libro.
– ¿Este es un libro únicamente para quienes aman lo extraño y fascinante del universo?
– Si bien los estudiantes y aficionados a la astronomía seguramente van a encontrar en mi libro un material muy estimulante, mi intención era la de apuntarle a una audiencia muy amplia. El libro no es para especializados en el tema, está escrito en un lenguaje muy sencillo y en un estilo que lo hace parecer como una novela. El libro se podría clasificar como perteneciente al género de “divulgación científica”, aunque ese rótulo no goza de buena reputación: por un lado algunos sociólogos consideran “divulgación científica” equivalente a evangelización, por otro lado, algunos ejemplares de ese género escritos por científicos de renombre son unos monstruos que hacen más daño que bien (estoy pensando en los libros de Stephen Hawking y otros similares). Quisiera pensar que existe un género literario que podríamos llamar “ciencia histórica” (o algo por el estilo) en el cual se presenta un tema científico rodeado de su contexto histórico (siguiendo la acertada amonestación de Kuhn). El libro Longitud de Dava Sobel sería un buen ejemplar de ese posible género literario. Mi libro aspira a esa categoría.