Editorial
Verbum. Fiebre de
Caballos no es solo una hermosa historia de amor sino también la primera novela
de Leonardo Padura. Escrita entre 1983 y 1984, y publicada en La Habana en
1988, esta obra resulta el inicio de un universo narrativo vigoroso,
popularizado por la serie policial o tetralogía Cuatro estaciones, integrada por
las novelas: Pasado perfecto (1991), Vientos de Cuaresma (1994), Máscaras(1997)
y Paisaje de Otoño (1998).
Verbum. Fiebre de
Caballos no es solo una hermosa historia de amor sino también la primera novela
de Leonardo Padura. Escrita entre 1983 y 1984, y publicada en La Habana en
1988, esta obra resulta el inicio de un universo narrativo vigoroso,
popularizado por la serie policial o tetralogía Cuatro estaciones, integrada por
las novelas: Pasado perfecto (1991), Vientos de Cuaresma (1994), Máscaras(1997)
y Paisaje de Otoño (1998).
“Fiebre de caballos es mi primera novela y, todavía hoy, no
me avergüenzo de ella. Cuando comencé a luchar con este libro, poco después de
haber vencido mi licenciatura universitaria y haber pasado tres años trabajando
como periodista en el mensuario cultural El Caimán Barbudo, yo
solo era un aprendiz de escritor y de persona que se impuso una meta
complicadísima: escribir una novela. Aunque ya había acumulado unas cuantas
lecturas, asumido algunas influencias, definido ciertos gustos, en el proceso
de intentar escribir Fiebre de caballos descubrí que aun me
faltaba mucho para saber cómo es que se escribe una novela. Treinta años
después, con otras nueve novelas escritas, publicadas y traducidas a casi
veinte idiomas, aquel terrible descubrimiento juvenil no me asombra en
absoluto: hoy sé que ni entonces ni ahora tengo suficientemente claro cómo se
escribe una novela. Salvo por una certeza: se escribe trabajando hasta el
agotamiento.”, Leonardo Padura
me avergüenzo de ella. Cuando comencé a luchar con este libro, poco después de
haber vencido mi licenciatura universitaria y haber pasado tres años trabajando
como periodista en el mensuario cultural El Caimán Barbudo, yo
solo era un aprendiz de escritor y de persona que se impuso una meta
complicadísima: escribir una novela. Aunque ya había acumulado unas cuantas
lecturas, asumido algunas influencias, definido ciertos gustos, en el proceso
de intentar escribir Fiebre de caballos descubrí que aun me
faltaba mucho para saber cómo es que se escribe una novela. Treinta años
después, con otras nueve novelas escritas, publicadas y traducidas a casi
veinte idiomas, aquel terrible descubrimiento juvenil no me asombra en
absoluto: hoy sé que ni entonces ni ahora tengo suficientemente claro cómo se
escribe una novela. Salvo por una certeza: se escribe trabajando hasta el
agotamiento.”, Leonardo Padura