Foto cortesía Biblioteca Nacional de Colombia |
A lo largo y ancho de Colombia, 1.484 bibliotecas públicas deben ser lugares de convivencia y generación de saberes. Con esa premisa, la Biblioteca Nacional de Colombia lidera el programa de capacitación de bibliotecarios, adelantado por la Red Nacional de Bibliotecas, bajo la batuta del Ministerio de Cultura.
Por: Carlos Castro Arias*
Una reunión de libros deja de ser una simple bodega de documentos para convertirse en una biblioteca cuando hay un alguien que sabe lo que allí se encuentra y, como si se tratara de un farmaceuta, sabe preparar la receta perfecta para enfrentar la necesidad de curar lo que aqueja al que va a estas boticas de conocimiento llamadas bibliotecas.
Sandra Suescun, coordinadora nacional de Servicios Bibliotecarios y Gestión Regional de la Red de Bibliotecas Públicas, es la encargada de sincronizar el programa para preparar a los futuros y a veces actuales bibliotecarios de todo el país. Para esta antioqueña, los bibliotecarios modelo siglo xxi deben sentir gusto por el compartir con la gente, interesarse y preocuparse por lo que ocurre en su entorno pero, sobre todo, buscar la manera de que su biblioteca sea importante para el contexto en el que viven quienes hacen uso de sus servicios.
El programa para capacitar futuros bibliotecarios comenzó en 2016 y hasta marzo de 2018 la cifra de beneficiados ya sobrepasaba los 1.500, con un promedio de 600 por año, según los archivos de la Biblioteca Nacional como proveedora del talento que cumplen esta función educadora.
Foto cortesía Biblioteca Nacional de Colombia |
Las bibliotecas móviles entraron en servicio el 1 de marzo de 2017 en 20 de los 26 sitios en que fueron reunidos los integrantes de las FARC
Colombia es un país de regiones y sus ciudadanos se movilizan constantemente entre ellas. Por ello, es usual que alguien nacido en el Caribe quiera ser bibliotecario en el sur del país y, aunque este es un oficio que puede aprenderse, lo ideal es que sea ejercido por locales ya que la historia, tradiciones y dialectos ameritan que el conocimiento sea vivencial, antes que adquirido a posteriori.
También desde 2016, cuando comenzó la capacitación de bibliotecarios, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional implementaron tres nuevos servicios: grandes preguntas, cine-foros y memoria en Bibliotecas Públicas. Este programa se ha reflejado con la impresionante cifra de por lo menos 772.619 asistencias en 1.126 bibliotecas públicas en el territorio nacional, desde marzo de 2016 hasta septiembre 30 de 2017.
Desde el Misterio de Cultura y la Biblioteca Nacional se adelantan programas para llevar bibliotecas móviles a las veredas en donde conviven exintegrantes de la guerrilla de las FARC. Suescun nos cuenta que han detectado que el grupo insurgente, cuando estaba en la clandestinidad, tenía un incipiente sistema de bibliotecas ambulantes, y quienes fungían como bibliotecarios (cargando los libros hasta en sus morrales) se han acercado interesados en recibir capacitación.
Las bibliotecas móviles entraron en servicio el 1 de marzo de 2017 en 20 de los 26 sitios en que fueron reunidos los integrantes de las FARC y hasta el 31 de octubre de 2017, las visitas a estas bibliotecas llegaron a 176.313 de potenciales lectores. 16 escritores y periodistas adelantaron talleres de escritura y de promoción de lectura con comunidades rurales y excombatientes.
Finalmente, Sandra Suescun confirmó que cada vez hay más interés por parte de los futuros bibliotecarios e incluso de los alcaldes, quienes quieren que los bibliotecarios de sus municipios tengan una preparación adecuada a la demanda de hoy y, de paso, aprovechar las oportunidades que el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional ofrecen para la apertura de más bibliotecas en todos los rincones del país.
*Carlos Castro Arias
Periodista cultural