Javier Marías y la piratería

No. 6.570, Bogotá, Miércoles 8 de Enero de 2014 
Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras. 
~ J. D. Salinger

 

Javier
Marías y la piratería

Dejará de escribir si su próxima novela vende menos que la anterior

Para Javier Marías
cualquier lector es un pirata hasta que se demuestre lo contrario. Cualquier
lector pertrechado de libro electrónico en lugar de pata
de palo y conexión a internet para navegar más rápido que en un velero
bergantín, eso sí, según entendemos tras leer Las bandas de la banda ancha,
el artículo sobre libro digital y piratería que el autor de Mañana
en la batalla piensa en mí
publicó el pasado domingo en su habitual
espacio en El País Semanal.
En Las bandas de la
banda ancha
, Javier Marías anuncia que en un par de meses finalizará la
escritura de su nueva novela, y desgrana las cifras que espera obtener con su
venta: si su precio es de 20 euros, imagina que le corresponderán unos
2 por ejemplar vendido en papel, y si en libro
electrónico
cuesta unos 8 euros, percibiré alrededor de 0,80 por
cada uno comprado legalmente
, sigue calculando. Apunta posibles ventas
iniciales, multiplica…
Antes habrá utilizado,
también, las matemáticas: en este caso, para asombrarse ante la media de libros
descargados según unas estadísticas cuya fuente no especifica. Tras una confusa
metonimia identifica Kindle con ebook de manera
automática, como si el único lector de libros digitales fuera el comercializado
por Amazon, nos advierte que no cree que en un país como
España con tan bajos índices de lectura, añadimos
nosotros, el porcentaje de libros adquiridos legalmente
sea de 0,6, frente a los 4,6 de la culta Francia o el 4’4 de Italia, país
con fama de no ser muy honrado
, según puntualiza. Estos números tampoco
agradan a Javier Marías.
Pero tranquilo, lector de Javier Marías
que quizá combina esta afición con la del libro
electrónico
, porque la reprimenda también se detiene en las compañías
telefónicas, que son las que cobran y sacan tajada de mis dos años largos
ante la máquina
. Y es que Marías defiende que nadie trabaje gratis,
recuerda que él sólo cobra si a los lectores les da la gana de leer lo
que escribe, y tiene parte de razón, aunque los argumentos más sólidos los
camufla entre presunciones de culpabilidad, ataques a unos y a otros y amenazas
de retiro de la escritura: deberé plantearme si valdrá la pena acometer
otra más adelante, a sabiendas de que mis posibles ganancias me las estarán
esquilmando a lo bestia
.

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