Un libro lleno de
historias que desgarran y dejan huella en el lector, retazos que vuelven
después de concluida la lectura.
Por: Pablo Concha*
Dos
desconocidos, una viuda reciente y un hombre que perdió a su familia, se
encargan cada uno de la mudanza del otro para evitar sentir “la voraz memoria
de los objetos”. Una niña que, instigada por su mamá, busca a su padre cada
mañana en las cantinas del barrio. Una mujer a punto de dar a luz que recibe de
su amante una serie de correos que contienen pedazos de un oscuro lienzo. Un
par de niños enfermos terminales que se acompañan y se dan ánimo. Una mujer que
es incapaz, por más empeño que ponga en ello, de derramar una lágrima por su
esposo muerto. Unos niños ciegos que, poco a poco y sin explicación, van
invadiendo una escuela primaria y la forma cómo reaccionan los otros ante este
ultraje. Una mujer que huye de su hijo recién nacido y de su vida a bordo de un
tren en mitad de la noche. Historias como estas son las que van a encontrar los
lectores que ingresen a La memoria donde
ardía de la escritora mexicana Socorro Venegas, publicado por la
editorial independiente española Páginas de Espuma.
“¿Estaremos
hechos más de lo que olvidamos que de aquello que recordamos?” La memoria, la depresión
posparto, la viudez, lo horrible y desesperante de no sentir amor por un recién
nacido, el tormento de los recuerdos suscitados por los objetos, las vivencias
asociadas a ellos, son los temas que transitan por esta colección de diecinueve
relatos cortos que hunden al lector en el dolor, en la incomprensión de unas
situaciones y en las epifanías resultantes.
La memoria donde ardía es un libro corto, más grande por dentro que por fuera, lleno de historias que desgarran y dejan huella en el lector, retazos que vuelven después de concluida la lectura.
Venegas
va directo a la situación dramática y la presenta sin rodeos, utilizando una
prosa poética y a la vez directa, precisa, que causa una curiosa sensación en
el lector: la tristeza de contemplar una bella obra que muestra una realidad
dura pero real. El contraste entre esas emociones opuestas, el descubrimiento
de que la redención duele, el lenguaje que abre puertas. La memoria donde ardía es un
libro corto, más grande por dentro que por fuera, lleno de historias que desgarran
y dejan huella en el lector, retazos que vuelven después de concluida la
lectura.
Un
tema esencial que es retratado con una honestidad implacable es la maternidad y
toda la incomodidad que provoca. ¿Y si una madre no siente ese amor o bondad
infinitos hacia su hijo recién nacido? ¿Cómo se puede llenar ese hueco que
queda después del parto? ¿Cómo ve la sociedad a una madre que no disfruta estar
con su hijo y que ni siquiera puede amamantarlo? La protagonista del relato “Vía
láctea” lo manifiesta de forma efectiva al decir: “¿Sabe? El dolor es algo
misterioso. No termina con el parto. Es infinito”. Varios cuentos abordan estas
preguntas en torno a la maternidad y su problemática e incomprensión: “El
nadador infinito”, “La gestación”, “Anagnórisis”, “El hueco” y “Real de catorce”
se adentran en la psique de algunas mujeres que experimentan esta vivencia de una
forma opuesta –y acaso más real– a la comúnmente retratada. Otra preocupación fundamental
de la autora es lo difícil de continuar la vida luego de la pérdida del cónyuge
y este asunto, con algunas variaciones, se muestra en relatos como “Pertenencias”,
“La memoria donde ardía”, “Historia de una lágrima” y “La música de mi esfera”.
(…) es una obra nostálgica que examina las heridas del pasado atentamente e invita a los personajes –en su mayoría mujeres– a estrechar el dolor de esa pérdida, la pena que detiene la respiración, para de alguna manera superar esa situación y poder seguir adelante, seguir sobreviviendo.
La
memoria donde ardía
es una obra nostálgica que examina las heridas del pasado atentamente e invita
a los personajes –en su mayoría mujeres– a estrechar el dolor de esa pérdida,
la pena que detiene la respiración, para de alguna manera superar esa situación
y poder seguir adelante, seguir sobreviviendo. Es
un libro que se suma al impresionante catálogo de la editorial Páginas de
Espuma, especialista en publicar cuentos y que tiene en su catálogo a otros
autores como Samanta Schweblin, Andrés Neuman, Eloy Tizón, Guadalupe Nettel,
Antonio Ortuño y María Fernanda Ampuero, entre otros.
Esta
obra es distribuida en Colombia por Plaza & Janes editores y está
disponible en las principales librerías del país.
*Pablo Concha es un escritor colombiano,
autor de los libros de cuentos Otra Luz y La piel de las pesadillas
y colaborador literario en Libros &
Letras y otros medios culturales.