Por: Julián Franco Ocampo
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En un mundo en el cual, llegado el año de 1979 a puertas del final de una década, -una interesante década, habían dos frentes muy importantes entre algunos otros, dentro del panorama musical: Por un lado, la música disco, que comenzando esta década de los años 70, poco a poco fue ganando terreno, y por el otro lado, un género que al día siguiente de su nacimiento, estaba condenado a morir joven, como algunos de sus miembros: Ese inolvidable Punk, que no solamente sirvió como protesta en varios frentes, sino que también sirvió de vehículo a muchas bandas, para subirse de un solo salto al mundo de la música, caso concreto de Stewart Copeland, y su naciente banda, The Police.
Es muy curioso como, en medio de pantalones “bota-campana” y peinados “Afro” por un lado, y atuendos en los que predominaban el uso del cuero con taches y peinados agresivos, surge una nueva elite que, muy preocupada por su imagen, más que esmerarse en aprender a dominar un instrumento, se convierten en investigadores de nuevos sonidos, usando algo muy diferente a una guitarra, un piano, un bajo o una batería.
Inicialmente se creyó que era una nueva élite de vanguardistas, tal y como en un momento pudieron ser calificados unos años atrás los músicos del rock progresivo… La diferencia es que ahora, estos nuevos miembros con quienes ahora había que compartir el escenario, se servían de sintetizadores, más adelante entrados los años 80 de samplers, computadoras cada vez más robustas para procesar y almacenar sonidos, y su actitud era tan fría e inmutable, que de entrada, se sabía que esta nueva elite traía ideas y conceptos originales.
Al comienzo, se acuño el término para esta elite, de los “No Músicos”, puesto que su estilo era más el de hundir una tecla para lograr un sonido específico, que, el tocar un acorde seguido de otro… Aquello que los músicos en muchas instancias llaman, “Progresión de acordes”. Estos supuestos, “No músicos” se encargaban de lograr un sonido que a su vez se mezclaría con otro, todo por medio de aparatos electrónicos y así, reemplazar el sonido de una guitarra, un bajo, un piano y una batería… de ahí que, esta nueva ola, se bautizó como “New Wave” o “Cold Wave”
Los comienzos de este nuevo género musical se encuentran sinembargo, no a finales de la década de los años 70; en medio de la revolución del rock progresivo, ya tomaban forma comenzando los años 70, grupos como Kraftwerk o Tangerine Dream, de modo que en 1980 en ciertas instancias, el camino para estos, “ingenieros”, ya lo habían recorrido ellos mismos…
Lo que viene a partir de 1980, es la irrupción de aquellos nuevos artefactos electrónicos en la música Pop, además de la creación de este nuevo genero del “New Wave” y justamente había un artista a quien esto le caería muy en gracia y lo sacaría de algunos aprietos, de cara a recibir la nueva década de 1980…
Robert Palmer, de quien habíamos hablado en programas pasados, cuando formaba parte del supergrupo, “Power Station” en 1985, no disfrutaba de la fama ni la popularidad que aquellos videos con mujeres haciendo las veces de banda de acompañamiento, que terminaron encasillándolo en un papel de “Don Juan”, mientras en el fondo sonaban guitarras eléctricas distorsionadas…
Ciertamente el Robert Palmer de 1980, era un artista ecléctico, capaz de interpretar temas con reminiscencias de ritmos africanos, del mismo modo que podía “saltar” y llevarnos a Jamaica, para disfrutar sus versiones al más puro estilo “reggae” y si por alguna razón se le antojaba, tenía la capacidad de cantar al más puro estilo “soul” tal y como ocurre, cuando se oye algún tema de Marvin Gaye…
Después de haber liderado algunas agrupaciones de Soul y Blues, Palmer se encuentra a mediados de los años 70, grabando como solista, con un contrato musical para Island Records. De alguna forma, la suerte le sonríe, cuando en 1978, su versión de aquel clásico, “Every Kind Of People”, tema original de Andy Fraser, irrumpe en el Top 20 de las listas Billboard. Sinembargo, Palmer, según la tendencia, estaba destinado a gozar de un éxito discreto…
Gary Numan, por otro lado, originario de Inglaterra, compositor, cantante, además de productor, resulta ser uno de los pioneros en lograr que la música electrónica, resultase a la vez comercial, aquello que 10 años atrás, Kraftwerk y los otros electrónicos habrían soñado…
Llegando al final de la década de 1970, y con un discreto éxito, Palmer se encontraba trabajando en un nuevo album, que llevaría por nombre, “Clues”, en donde, según las cosas parecían funcionar, Palmer se esmeraba mucho en la producción, sacando a resaltar esa vena de productor, tal y como en las notas de la recopilación “Addictions” volumen 1, publicado en 1989, explica que para 1980, estaba más interesado en convertirse en productor, además con la gran ventaja que para ese momento, le fue permitido experimentar con buenos resultados, algo que hoy día un artista no podría permitirse, si desea conservar sus seguidores…
Volviendo a 1980, el hecho de pasarse a la esquina de la producción y entrar al estudio de grabación con Gary Numan, y “algunos” artefactos electrónicos, se vio altamente reflejado en los temas del album: Por un lado, una faceta de Rock, pero por el otro lado, ese lado que nos interesa hoy, un album que puede considerarse parte de una “New Wave” en desarrollo.
Si bien con los años, “Clues”pasó a la historia, pero luego fue rápidamente olvidado, hay un aspecto muy curioso a destacar: Al tiempo que se grababa Clues, en el mismo estudio, Compass Point de las Bahamas, los “Talking Heads” grababan su album, “Remain in Light”, una pieza maestra del New Wave naciente de 1980 que sí pasó a la historia, en la búsqueda de las raíces y los primeros pasos de este nuevo género, e incluso, Palmer tuvo la oportunidad de participar en el, tocando la percusión.
La calidez de Palmer, y sus gustos caribeños, contrastaba bastante con la frialdad, y el sonido metálico, que tanto gustaba a Newman. Si bien, Palmer había conservado la banda de músicos de su anterior album, “Secrets”, y cada uno hace los suyo por el nuevo album, ed cierto que gran parte del album, al menos la mitad, es obra y gracia del propio Numan. Es interesante en este punto, detenernos y recordar lo que hasta ese momento, había sido Robert Palmer, en su ultimo sencillo en 1979, “Can We Still be Friends”, un tema original de Todd Rundgren, ahora contenido en el abum de Palmer, “Secrets”…
Palmer muy influenciado tanto por esta alianza con Newman, como por sus aspiraciones para aquel entonces, esboza el inolvidable tema “Johnny and Mary” que sí pasa a la historia y muestra a un nuevo Palmer apoyado en la electrónica, haciendo uso de prototipos de lo que luego serían los secuenciadores, combinándolos con un ritmo muy marcado a base de una batería que suena algo sintética, volviendo a instrumentos tradicionales como la guitarra eléctrica, con leve distorsión, todo para contar la historia de una pareja que cae en la rutina desapareciendo por completo, la magia del romance…
El tema se recibe muy bien en Europa, no tanto en Estados Unidos, en donde pareciera ser un poco inaccesible, finalmente la New Wave fue inventada en Inglaterra, al igual que otras tantas corrientes que han cambiado la música y aveces, esa aceptación por parte de los Estados Unidos, toma un cierto tiempo…
El tema en parte se volvió inolvidable, desde cuando la marca de vehículos francesa, Renault, adoptó el tema para las campañas publicitarias de sus automóviles desde los años 80, hasta entrados los años 90, que para volverla atemporal, realizaron nuevas versiones a lo largo de los años.
El tema a pesar de no haber ingresado a los listados Hot 100 de Billboard, sí llegó al puesto 59 en la lista Billboard Top Pop Albums, en Inglaterra llegó al número 31, fue número 1 en Suecia, 3 en Francia y fue certificado como disco de oro en Alemania, en 1992, significó también el comienzo de una nueva oportunidad para Robert Palmer, de cara a una nueva década que no sería igual a la anterior. Ya ese año sería asesinado John Lennon, que tal y como ocurrió comenzando 1970 con la separación de Los Beatles, se presagiaban grandes cambios. Igual ocurrió con la década de los años 80, cuando Palmer pudo aprovechar esa oportunidad, irónicamente creada por los supuestos “No Músicos” y cerró la década de los años 80, pasando de ser un artista con un modesto éxito, a ser uno de los artistas más rentables. Sin duda, esa combinación de rock y new wave de aquel olvidado album, le insinuaron el camino a seguir…
Leyendas del Pop es un programa que se compone de un video introductorio realizado por Julián Franco, que incluye un cover de la canción a tratar, un podcast, y un video con anotaciones sobre cómo se grabó el cover.
Leyendas del Pop es un programa de la Revista Libros & Letras. Mi nombre es Julián Franco. Acompáñeme cada semana, y recordemos las historias de la música, mientras oímos las canciones más recordadas de todos los tiempos. Hasta entonces…
¿Cómo se grabó el cover de Robert Palmer?
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Carátula original de “Clues” de Robert Palmer de 1980 |
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Caratula del CD, “Addictions Volumen 1” de Robert Palmer publicado en 1989, de la colección privada de Julián Franco, exibido en 4Works Studios. |
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Detalle del libro interior de “Addictions” de 1989, de la colección privada de Julián Franco, exibido en 4Works Studios. |
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Detalle del CD, “Addictions” publicado en 1989, de la colección privada de Julián Franco, exibido en 4Works Studios. |
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Carátula frontal de “Remain In Light” de los Talking heads, publicado en 1980. |
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Vinilo de “Remain in Light” de 1980 |
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Single promocional de Renault de “Johnny and Mary” de Robert Palmer. |
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Gary Numan. |
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