Por: Patricia Tubell/Londres. Si las novelas de Bond y Bourne atesoran, conjuntamente, unas ventas de 180 millones de ejemplares, los derechos cinematográficos han propulsado los beneficios hasta la estratosfera: las aventuras del 007 encarnado a lo largo de los años por múltiples rostros, desde Sean Connery hasta Daniel Craig, lleva recaudados 7.000 millones de libras (uno 8.000 millones de euros). Mucho menos longevo, ese Bourne torturado que adopta en la gran pantalla los rasgos del actor Matt Damon, ha superado en taquilla los 600 millones de libras (casi 700 millones de euros). Ambas franquicias aspiran a seguir perpetuándose con la publicación de Carte Blanche (Carta blanca), el libro número 25 de la serie bondiana, y The Bourne Dominion, la novena novela que protagoniza el ex agente de la CIA amnésico.
La reinvención de las historias de espías para las audiencias modernas nos proyecta en Carte Blanche, escrita por Jeffery Deaver, a un James Bond treintañero, antiguo oficial que luchó en el frente afgano y que ahora revela escrúpulos a la hora de apretar el gatillo cuando se enfrenta a los malvados en su periplo por Serbia, Londres y Ciudad del Cabo. Esa desconocida sensibilidad del personaje, además de su obsesión por la vida sana que sólo se salta con algún que otro cóctel pero nunca con un pitillo, encarna una versión descafeinada del agente «con licencia para matar» descrito en los catorce libros que legó Ian Fleming. Desde la muerte del autor original, sucesivos escritores se han encargado de proseguir la saga, aunque Deaver es el primer estadounidense que se atreve con un 007 al servicio de su majestad y a quien ha trasladado a la época contemporánea.
El protagonista de The Bourne Dominion se ve enfrentado a un poderoso grupo que busca desestabilizar la economía mundial, cuestión de candente actualidad que también moderniza la trama. Pero el personaje mantiene esencialmente el perfil de sus anteriores novelas, quizá porque ha pasado por menos manos: las tres primeras escritas por Robert Ludlum y las seis siguientes, por Eric Van Lustbader, el encargado de mantener viva la franquicia desde la muerte del autor original.