Tomado de “Con-fabulación”/ Bogotá. En un país donde el ser humano y la palabra están siempre amenazados, es esperanzador que nazca un poeta y se publique un nuevo libro de poesía. Licor de lodo de Daniel Padilla Serrato viene a reafirmar -con su lenguaje y su universo- que le rendimos un tributo a la imaginación, que rechazamos la muerte y que no somos olvido.
De las muchas herramientas de la poesía, la que mejor maneja este libro es el contraste de universos. Va de lo sagrado a lo profano, del génesis a lo apocalíptico, del espacio fantástico a lo cotidiano, de lo mágico a lo real, de lo teatral a lo narrado, de personajes míticos a personajes ordinarios, del tinte onírico al matiz mundano, de lo etéreo a la materia, y de la ruina a la confirmación de la poesía.
El lenguaje de Licor de lodo también girará alrededor de la dualidad del verso libre al poema en prosa. La fértil oscuridad de su estilo y su imaginario son las marcas más visibles de estos poemas y su mejor fortuna.
Como una pequeña sinfonía sobre el nacimiento y la muerte, este libro ofrece en sus tres estaciones Licor de lodo, Pobre y pequeña luz y Anfibios tres dimensiones estéticas y metafísicas, donde el lector alternará entre el asombro y la pregunta por la condición humana. Fredy Yezzed (Buenos Aires, verano de 2014).