Santiago Rodas
Los que miran aterrizar aviones
se sientan con sus fiambres a esperar.
Una sombra los cubre cada tanto,
sostienen la mirada en semicírculo
hasta que el avión aterriza en la pista,
satisfechos toman sorbos de su bebida.
Saben qué avión aterrizará por su ruido
-Allá viene el vuelo 9892, o el 1235- murmuran.
los aviones previstos planean por encima de sus cabezas
Su oficio es sencillo y discreto,
pasan las tardes oteando,
se aseguran que todo esté en orden.
Terminada su labor vuelven a sus oficios
de albañiles, cajeros o ciclistas.
Y el mundo continúa sin problema.
Quién sabe qué pueda pasar
si tan solo una vez
los que miran aterrizar aviones
dejaran de hacerlo.