Régulo Villarreal (Perú)
Fragmento
Mujer: ancashina,
peruana y mundial;
He endulzado las
heridas con tu nombre de
luceros
para sorber el aroma de este himno de
amor por
tu grandeza.
Como la poesía
es el informe del mundo
a través de la
conciencia,
tú eres la conciencia
humana
Manifestación
de la naturaleza del bien, sobre el
mal.
Sólo los
enigmas del poema
pueden
explicar los códigos de tu grandeza
templada
en deseos que generan
oraciones de trazos artesanales,
adhesiones a tu
órbita de coraje
y carbón encendido
dejado por
Micaela,
como marca de
dignidad
en la frente de
la cobardía de verdugos.
Micaela, la
Cacica de Acos, eran poesías
de artesanía y
gavilla,
piropos de
volcanes
obligando a
admirar la majestuosidad
de la
hembra peruana
fieras de miel y
capullos
que salvaron, y
salvaran al Perú para el mundo.
En la constancia
de tu risa sabrosa y ceremoniosa
se descifran las ceremonias del trigo,
y en tus labios,
las heridas del pan.
En ti se asoman
las huellas de las batallas
por una sociedad
más justa, mas humana,
más divina, como
tus entregas amorosas.
De la mujer
peruana nacieron relámpagos de Dignidad:
Manco Inca, Juan
Santos Atawallpa,
Tupac Amaru,
Bolognesi, Alfonso Ugarte,
Andrés Avelino
Cáceres, Leoncio Padro,
J.C. Mariátegui,
Vallejo, Arguedas, Ciro Alegría,
Scorza, entre
tantos otras cimas
que completan el
relieve nacional.