Balas rasantes
Por: Gherjes Saskhias (Jesús Arenas-Venezuela)
Aquella mañana salimos en tumulto del salón;
el profesor de química no había llegado.
Pero nosotros queríamos salir a la calle a protestar
el asesinato de nuestro compañero.
Gerardo llevaba una pancarta improvisada.
Las consignas eran nuestro llanto reprimido,
nuestra impotencia.
Álvaro llevaba un palo para defendernos.
Un grupo nos quedamos atrás porque vimos
la sombra de la represión rodeándonos.
Le gritamos a Gerardo que se aguantara.
Él no nos escuchó. Ni tampoco el balazo
cuando le perforó el pulmón izquierdo.
Cayó de lado. Salí a recogerlo pero los
compañeros me agarraron de los brazos.
No queremos más muertos, me dijeron.
Pero Álvaro se arriesgó en un descuido.
Murió acribillado por balas rasantes tendido
sobre el cuerpo de Gerardo.
Desde aquel día siento cuando pasan silbandorozando mi cabeza.