Por: Eugenia Castaño/ España. Al
concluir la lectura de la novela Tríptico del desamparo, del escritor argentino Pablo Hernán Di Marco, a las dos de
alguna madrugada, no sé si es que estoy aún más sensible por el hecho de tener
a mis seres queridos al otro lado del océano, pero lo primero que sucedió al
leer la última página, fue algo tremendo que me revolvió por dentro y entonces
me senté en un sillón de mi sala mirando la chimenea, mis ojos se dirigieron
hacia las fotos familiares que están en la biblioteca, entonces vino un
torrente de lágrimas.
concluir la lectura de la novela Tríptico del desamparo, del escritor argentino Pablo Hernán Di Marco, a las dos de
alguna madrugada, no sé si es que estoy aún más sensible por el hecho de tener
a mis seres queridos al otro lado del océano, pero lo primero que sucedió al
leer la última página, fue algo tremendo que me revolvió por dentro y entonces
me senté en un sillón de mi sala mirando la chimenea, mis ojos se dirigieron
hacia las fotos familiares que están en la biblioteca, entonces vino un
torrente de lágrimas.
Tríptico del desamparo nos mantiene desde el comienzo de su
lectura con pleno interés, emoción, suspenso como también se siente hasta el
final de la obra que toca las fibras más íntimas del ser, en ella se encuentran
el amor, el dolor, la ternura, el conocimiento, la vanidad, la miseria y la
gloria.
lectura con pleno interés, emoción, suspenso como también se siente hasta el
final de la obra que toca las fibras más íntimas del ser, en ella se encuentran
el amor, el dolor, la ternura, el conocimiento, la vanidad, la miseria y la
gloria.
Todos tenemos parte de Irene, en
su sabiduría o creemos ir llegando allí con los años, o quizá otro tipo de
sabiduría que no hace tantas galas pero es la que queda grabada en el alma como
le quedó a Irene: “Yo le cuento el secreto para hacer mermelada casera, y
usted agarra y me enseña a leer y a escribir” Lila, un personaje
entrañable.
su sabiduría o creemos ir llegando allí con los años, o quizá otro tipo de
sabiduría que no hace tantas galas pero es la que queda grabada en el alma como
le quedó a Irene: “Yo le cuento el secreto para hacer mermelada casera, y
usted agarra y me enseña a leer y a escribir” Lila, un personaje
entrañable.
También la furia, la rebeldía de
Ignacio, el espíritu lleno de sueños e ingenio de Giselle, la dulzura para su
padre y luego al crecer se deja absorber por su entorno de juventud; como le
ocurre a Rafael Leone, cuántos momentos desperdiciados y se pasa la vida para
luego mirarse en un espejo, viendo a ese viejo débil y enfermo, ya no
encontraba a ese joven lleno de locura y que podía conquistar el mundo.
Ignacio, el espíritu lleno de sueños e ingenio de Giselle, la dulzura para su
padre y luego al crecer se deja absorber por su entorno de juventud; como le
ocurre a Rafael Leone, cuántos momentos desperdiciados y se pasa la vida para
luego mirarse en un espejo, viendo a ese viejo débil y enfermo, ya no
encontraba a ese joven lleno de locura y que podía conquistar el mundo.
Su autor nos lleva al viaje de
sus personajes al mismo tiempo que nos da un tour cultural, con sus citas que
enriquecen el texto y nos permite conocer en sus descripciones la importancia
de los libros a lo largo de la vida de los personajes involucrados como
testigos mudos de toda su trayectoria existencial.
sus personajes al mismo tiempo que nos da un tour cultural, con sus citas que
enriquecen el texto y nos permite conocer en sus descripciones la importancia
de los libros a lo largo de la vida de los personajes involucrados como
testigos mudos de toda su trayectoria existencial.
Pablo Hernán Di Marco logra una
novela donde se encuentra una historia de amor que emociona, pero también nos
invita a reflexiones filosóficas y sicológicas de sus personajes principales y
secundarios con tal intensidad que logra una trama original y enriquecedora. El
camino es inesperado, juega con el lector, introduce hábilmente la novela en
otra novela que nos sumerge en una dinámica interesante en su desenlace.
novela donde se encuentra una historia de amor que emociona, pero también nos
invita a reflexiones filosóficas y sicológicas de sus personajes principales y
secundarios con tal intensidad que logra una trama original y enriquecedora. El
camino es inesperado, juega con el lector, introduce hábilmente la novela en
otra novela que nos sumerge en una dinámica interesante en su desenlace.
El autor deja una premisa, “la
armonía de las palabras” de que habla Irene uno de sus personajes, también
la idea de los espejos mostrando el reflejo de lo que se ha sido y lo que
realmente se es, como en el retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde o la
crisis existencial, al sentirse pequeño en la metamorfosis de Kafka, son libros
que evidencian el reflejo del ser en circunstancias específicas,
indistintamente de quién sea su lector que se identifica irremediablemente, lo
que los constituye en obras universales, elementos que se perciben en toda la
obra Tríptico del Desamparo. La juventud, los sueños, la alegría, la
autenticidad, su capacidad de percibir el mundo y pintarlo, como cuando el
Quijote de Cervantes iba con el pecho firme a cumplir sus sueños y Sancho al
igual que Rafael Leone estaría dispuesto a secundarlos. Todo un proceso
existencial, ese chico abandonado en el cementerio, luego ese hombre feliz con
Lucía, con el aprecio de Alvaro y el mundo en sus manos, después el hombre
derrotado por sus equivocaciones, luego el encuentro de sí mismo que le
costaría 30 años largos en descubrirlo. Una vida tras los intereses creados de
otros, la alabanza en la gloria y el conflicto en la derrota como le ocurre a
Leone con Ediciones Leopardi; quizá la miseria de un hombre que dormido de
dolor despertó, contrario a lo que le ocurre al personaje de un pueblo azotado
por la injusticia, como es el caso de La Rebelión de las ratas, de Fernando Soto Aparicio, cuando
Rumencindo, cerrando los ojos después de luchar contra imposibles, lleno de
rabia, clamando justicia después de un disparo ya le queda en su mente la imagen
de su pastora y de sus hijos, quedan para siempre enterradas la venganza, la
ira, el hambre.
armonía de las palabras” de que habla Irene uno de sus personajes, también
la idea de los espejos mostrando el reflejo de lo que se ha sido y lo que
realmente se es, como en el retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde o la
crisis existencial, al sentirse pequeño en la metamorfosis de Kafka, son libros
que evidencian el reflejo del ser en circunstancias específicas,
indistintamente de quién sea su lector que se identifica irremediablemente, lo
que los constituye en obras universales, elementos que se perciben en toda la
obra Tríptico del Desamparo. La juventud, los sueños, la alegría, la
autenticidad, su capacidad de percibir el mundo y pintarlo, como cuando el
Quijote de Cervantes iba con el pecho firme a cumplir sus sueños y Sancho al
igual que Rafael Leone estaría dispuesto a secundarlos. Todo un proceso
existencial, ese chico abandonado en el cementerio, luego ese hombre feliz con
Lucía, con el aprecio de Alvaro y el mundo en sus manos, después el hombre
derrotado por sus equivocaciones, luego el encuentro de sí mismo que le
costaría 30 años largos en descubrirlo. Una vida tras los intereses creados de
otros, la alabanza en la gloria y el conflicto en la derrota como le ocurre a
Leone con Ediciones Leopardi; quizá la miseria de un hombre que dormido de
dolor despertó, contrario a lo que le ocurre al personaje de un pueblo azotado
por la injusticia, como es el caso de La Rebelión de las ratas, de Fernando Soto Aparicio, cuando
Rumencindo, cerrando los ojos después de luchar contra imposibles, lleno de
rabia, clamando justicia después de un disparo ya le queda en su mente la imagen
de su pastora y de sus hijos, quedan para siempre enterradas la venganza, la
ira, el hambre.
Pablo
Hernán Di Marco deja claras las crisis más profundas en la existencia, se
toca el fondo y luego el lector emerge con él a nuevas e inesperadas
posibilidades. Bien lo expresa el autor en Tríptico del Desamparo, se
encuentran la gloria y la miseria de todos. La clave siempre estuvo ahí y Leone
no la vio, como cuando ocurre a algunos individuos en algún instante cuando
está en frente y se deja pasar.
Hernán Di Marco deja claras las crisis más profundas en la existencia, se
toca el fondo y luego el lector emerge con él a nuevas e inesperadas
posibilidades. Bien lo expresa el autor en Tríptico del Desamparo, se
encuentran la gloria y la miseria de todos. La clave siempre estuvo ahí y Leone
no la vio, como cuando ocurre a algunos individuos en algún instante cuando
está en frente y se deja pasar.
Como en Fausto anticipa una
solución cuando todo está perdido, no llega la legión de Ángeles pero si llega
uno que es Adina, la esperanza. No podemos irnos a la isla de Burano a ver
tejer en el aire, pero nos deja la inquietud de cómo es el proceso.
solución cuando todo está perdido, no llega la legión de Ángeles pero si llega
uno que es Adina, la esperanza. No podemos irnos a la isla de Burano a ver
tejer en el aire, pero nos deja la inquietud de cómo es el proceso.
Una novela que bien valdría la
pena llevarla al cine por su riqueza literaria, sus diálogos permanentes y por
la trama que hace que se viva toda una Odisea moderna. Nos remite en su hermosa
novela a Boccaccio, a Pirandello, evocando o enseñando el arte italiano que ha
sido tan rico para el mundo y entonces recordar la buena literatura, esa que
nacía de adentro, de la mayor agudeza racional y pasional, donde mostraba la
condición humana sin pensar en ser un negocio de momento, de ahí su gran valor
trascendiendo los siglos. Quién no recuerdala Divina Comedia ,
llamada así gracias al adjetivo que le diera Boccaccio y Comedia por
tener un final afortunado.
pena llevarla al cine por su riqueza literaria, sus diálogos permanentes y por
la trama que hace que se viva toda una Odisea moderna. Nos remite en su hermosa
novela a Boccaccio, a Pirandello, evocando o enseñando el arte italiano que ha
sido tan rico para el mundo y entonces recordar la buena literatura, esa que
nacía de adentro, de la mayor agudeza racional y pasional, donde mostraba la
condición humana sin pensar en ser un negocio de momento, de ahí su gran valor
trascendiendo los siglos. Quién no recuerda
llamada así gracias al adjetivo que le diera Boccaccio y Comedia por
tener un final afortunado.
Algo para recordar de Tríptico
del desamparo: “Tres Irenes me observan comprensivas, así como yo lo
hago con ellas. Ya dejamos de culparnos por el paraíso perdido, ni siquiera nos
reprochamos por conformarnos con este purgatorio”. “Ellas —nosotras—
empañan mis labios con su aliento. Me hacen de ellas, y yo las hago mías. Me
abrazan enlazándome con todo mi cuerpo hasta volvernos una, hasta volvernos yo
misma.”
del desamparo: “Tres Irenes me observan comprensivas, así como yo lo
hago con ellas. Ya dejamos de culparnos por el paraíso perdido, ni siquiera nos
reprochamos por conformarnos con este purgatorio”. “Ellas —nosotras—
empañan mis labios con su aliento. Me hacen de ellas, y yo las hago mías. Me
abrazan enlazándome con todo mi cuerpo hasta volvernos una, hasta volvernos yo
misma.”