No. 7139, Bogotá, Martes 28 de Julio del 2015
Viaje al corazón de Cortazar un libro lleno de afectos
Por: Jorge Consuegra / Bogotá.
Uno tiene que estar muy enamorado de la literatura de Julio Cortázar como para escribir un libro como este, tan lleno de vida e ilusiones, amigos y abrazos, de recuerdos y sonrisas. Pero es la única forma de ir al corazón de Cortázar, leyéndolo más y sabiendo mucho más y más de sus entrañables amigos.
¿Cómo surgió la idea de Viaje al corazón de Cortázar?
Juan Camilo Rincón: En mi anterior libro Ser colombiano es un acto de fe. Historias de Jorge Luis Borges y Colombia, presenté una visión única de un tema interesante, poco explorado, y que da muchas luces sobre las experiencias de ese autor en sus visitas a nuestro país. En línea con eso, y dado el gran amor que tengo por la literatura latinoamericana, decidí hacer una especie de trilogía que hable de los grandes maestros de las letras del siglo XX en esta parte del continente. Por eso, para la segunda entrega decidí investigar sobre Julio Cortázar, por quien siento gran admiración y cariño. Llevaba muchos años recopilando anécdotas de escritores y su relación con él, pero deseaba escribir un libro que no existiera, que tuviera elementos que otros no; por esa razón estudié la obra de y sobre Cortázar, y logré construir este libro. Desde el comienzo de su carrera como escritor, grandes maestros lo ayudaron; en su juventud leyó a Neruda, de quien más adelante sería gran amigo; su cuento “Casa tomada” logró ser publicado gracias a Borges. Luego, en París, tuvo contacto con los grandes de su tiempo, personajes como la argentina Alejandra Pizarnik, el mexicano y futuro premio Nobel Octavio Paz, y otros escritores
– ¿Podemos decir que su libro es un anecdotario?
– De cierta manera lo es; de hecho, creo que es un anecdotario ilustrado. Este ensayo viene acompañado con 36 ilustraciones de la reconocida artista visual Daniela Garavito, quien da una mirada muy personal a las historias contadas por el autor.
– ¿El lector podrá encontrar anécdotas poco conocidas sobre Cortázar y su relación con los colegas del Boom?
– Así es. Este recorrido llevará al lector por hermosas y entretenidas anécdotas del creador de Rayuela junto con otros grandes escritores del continente como los argentinos Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik y Juan Gelman, los mexicanos Octavio Paz, Carlos Fuentes y Elena Poniatowska, los uruguayos Eduardo Galeano, Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, los chilenos Pablo Neruda y José Donoso, el cubano José Lezama Lima, el peruano Mario Vargas Llosa y nuestro Nobel colombiano Gabriel García Márquez, entre otros. Hay varias anécdotas desconocidas que le darán una visión diferente sobre el autor, sus amistades, sus formas de ver, entender y sentir el mundo.
– ¿Cuáles son para usted las historias o anécdotas más interesantes sobre aspectos íntimos de la vida y el trabajo de Julio Cortázar?
– Hay muchas anécdotas hermosas, pero una de las que más me gusta es la referida a una de las jornadas inolvidables para la literatura latinoamericana, que tuvo lugar en Avignon, Francia, el 15 de agosto 1970, gracias al estreno de la obra de teatro de Carlos Fuentes El tuerto es rey. El mexicano decidió invitar a Mario Vargas Llosa y Patricia, a José Donoso y Pilar, y Gabo y Mercedes, el novelista español Juan Goytisolo, y todos llegaron a Saignon, muy cerca del lugar del estreno, donde solía ir Cortázar a descansar. El argentino organizó una cena en un restaurante local; la noche finalizó en su casa, en una gran velada colmada de botellas de alcohol, risas y baile. Hoy es imposible y, a la vez, imprescindible imaginar la gran genialidad de la atmósfera en esa extraordinaria noche. Cortázar recapitulará aquella pachanga espasmódica -como él mismo la denominó- de una forma cariñosa.
– ¿En el proceso de investigación encontró alguna historia que antes no conocía?
– No sabía que existió la posibilidad de que Luis Buñuel llevara al cine una obra de Cortázar. Tampoco conocía las dos referencias que hace Gabriel García Márquez en su libro Cien años de soledad a personajes de las obras de Carlos Fuentes, Alejo Carpentier y Julio Cortázar.
– Cómo fue el proceso de investigación? ¿Se basó en entrevistas, libros, documentales para llegar a esas historias?
– Soy un coleccionista de libros y amo investigar. Primero, me basé en los libros de autoría de los escritores que iba a incluir, para luego hacer un recorrido por sus biografías; al final revisé cartas y obras relacionadas.
– ¿En qué momento o a partir de qué decidió que el libro fuera ilustrado y cómo fue el acercamiento con Daniela Garavito?
– Daniela es una de las mejores artistas visuales de Bogotá, tiene énfasis en expresión gráfica de la Pontificia Universidad Javeriana y siempre se ha sentido atraída por el mundo editorial. Vi su obra en varias ocasiones y me di cuenta de lo extraordinaria artista que es, así como su gran capacidad de interpretar la literatura que ella también ama. Me pareció un enorme valor agregado el poder incluir ilustraciones elaboradas por ella para, de alguna manera, acompañar al lector en su recorrido por los textos, dándole la posibilidad de acercarse de otra manera a las historias que cuento.
– ¿Qué posibilidades brindan las ilustraciones al contenido escrito?
– Sus imágenes, además de representar de forma hermosa algunas de las anécdotas, reflejan el sentir de Daniela, su subjetividad y lo que despertó en ella el texto, que es lo que también puede llegar a suscitar en los lectores. Un lindo ejemplo es la historia sobre Octavio Paz: hay un conjunto de anécdotas muy hermosas que transcurren en la India en 1968 cuando Julio Cortázar, que está de visita de negocios y placer por Asia, visita al premio Nobel mexicano, quien tenía un puesto diplomático en esas tierras. Daniela hace una representación de Paz en la India, incluyendo elementos típicos de aquella cultura y la mexicana, fusionándolos en una ilustración hermosa, llena de detalles que la hacen única.
– ¿Cómo dialogan las ilustraciones con el libro?
– Es una perfecta unión entre las letras y la imagen. En un libro de ensayo de este tipo, la obra logra una constante comunicación con las ilustraciones, permitiéndole al lector viajar por la historia de la literatura latinoamericana de una forma entretenida y afectuosa, dejándole pequeñas pistas para que él mismo conecte las ilustraciones con los textos. Así como hay imágenes muy literales, también hay otras que invitan al lector a profundizar en la lectura para encontrar el significado de lo que ve.
– ¿Cuántas ilustraciones tiene el libro?
– Tiene 36 ilustraciones, todas de Daniela Garavito, quien además le dio un toque especial con una propuesta de diseño editorial lleno de pequeños detalles que hacen el libro aún más hermoso.